El BNG considera que el informe ambiental negativo al proyecto de la mina de Touro es «una buena noticia» y «un triunfo de la presión política y ciudadana». «Un gustazo», en palabras del diputado Xosé Luís Rivas, que, no obstante, ha instado a «estar alerta» en relación al futuro de este proyecto.
«Se ha detenido un proyecto que suponía residuos, contaminación y una amenaza para el futuro de la cuenca del Ulla, que incluía una balsa minera de millones de toneladas que ocupaba una superficie de 126 hectáreas y un muro de 80 metros de altura, toda una hipoteca ambiental para las generaciones presentes y futuras», ha dicho el diputado.
Pese al «respiro» que supone esta decisión de la Xunta, Rivas ha advertido de que «es necesario estar alerta». «No van a dejar la presa tan fácilmente, porque la nueva ley de evaluación ambiental, en fase de consulta previa, tiene como finalidad agilizar los trámites, disminuir los obstáculos y favorecer los trámites de futuros proyectos», ha subrayado el diputado nacionalista.
Para Rivas, por tanto, es «necesario» estar «vigilantes», dado que ésta puede ser «una mera estrategia para ganar tiempo ante un proceso electoral en el que el PP pretende tirar lastre de un proyecto de gran contestación social».