El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha asegurado este jueves que «todo parece indicar que el pacto» para investir presidente al socialista Pedro Sánchez «está hecho y que no tiene vuelta atrás», antes de lamentar que se «mezcle» en las negociaciones un informe de la Abogacía del Estado».
«Quién me iba a decir a mí que iba a tener que decir en la sede institucional de la Xunta que los políticos que mandan hoy en España son (Oriol) Junqueras y (Carles) Puigdemont. En 40 años de democracia nunca un representante público se vio en la obligación de aceptar hechos tan duros y pesimistas», ha advertido Feijóo, al término de la reunión semanal de su Ejecutivo.
Y a la espera de que la Abogacía del Estado dé a conocer sus alegaciones a a sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) que reconoció la inmunidad como europarlamentario del líder de ERC mientras estaba siendo juzgado en el Tribunal Supremo por el ‘procés’ independentista en Cataluña, Feijóo se ha reafirmado en que solo Junqueras «sabe si va a haber gobierno» en España, ya que es quien tiene «la llave de la gobernabilidad».
«(Junqueras) Y después el señor Puigdemont. Son los que van a decidir y cuándo va a ser. Los demás estaremos atentos a sus gestos, decisiones, proclamas y manifestaciones», ha esgrimido el presidente gallego, quien, en todo caso, ha dado por «hecho» el «pacto» y ha censurado que se «mezcle» con las negociaciones «un informe de la Abogacía del Estado».»Ese es el nivel en el que se mueve la cuarta economía del euro», ha reprobado.
«LOS MÁS CRÍTICOS»
A juicio de Feijóo, «si es incomprensible estar formando gobierno en base a ultimátums de partidos independentistas, mucho más» lo es «poner en manos d ellos más críticos con la jefatura del Estado» la gobernabilidad del país.
«Pero este es el panorama que vivimos ahora. Ojalá nos hiciese reflexionar», ha apelado Feijóo, quien ha incidido en la «pésima imagen de España» a la que da pie, así como en la «mala imagen de Cataluña», una comunidad que «no es producto exclusivo de ERC y JxCat», cuya visión, ha esgrimido, no comparten muchos catalanes.