El expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha instado este jueves a los europeos a «dar la batalla contra el populismo» y ha señalado que, aunque la democracia representativa «no está en peligro en Europa», «sí hay un déficit de calidad democrática» en algunos países.
Así lo ha trasladado durante su intervención en la ponencia ‘Instituciones y Democracia’ del Foro La Toja Vínculo Atlántico, en la que ha estado acompañado por el expresidente de México, Ernesto Zedillo, en una charla moderada por la exministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya.
Rajoy ha proclamado que la democracia «es el mejor sistema para convivir» y ha constatado que la UE y las democracias liberales tienen que «lidiar» con actores internacionales como Rusia o China, que son «dictaduras». Por otra parte, ha añadido, Europa tiene «el enemigo en casa», que es el «populismo». «Puede ser de extrema derecha, de extrema izquierda, de extrema nada o de extrema estupidez», ha ironizado.
Ante esta visión, «que reduce la democracia a votar» y «le trae sin cuidado la separación de poderes», Rajoy ha llamado a los europeos a «dar la batalla», aunque ha reconocido que, en su opinión, «es mejor vivir en una democracia populista que en la inmensa mayoría de dictaduras de extrema izquierda que hay en el mundo».
Para el expresidente del Gobierno, Europa «debe respetar las normas de la democracia» y ser «dura y contundente», y la UE «puede hacerlo» en situaciones como las que se dan en algunos países, donde los gobernantes «quieren acabar nombrando al poder judicial». «La democracia se defiende siendo demócratas», ha insistido.
Con todo, ha admitido que «es muy difícil» actuar contra el populismo, y ha incidido en la necesidad de defender la democracia, las instituciones multilaterales y «hacer pedagogía». «Al extremismo no se le puede plantear extremismo, porque se acaba a bofetadas, que es el problema que ahora tenemos en España», ha aseverado, antes de añadir que «no se puede debatir desde el barro».
Finalmente, ha abogado por «reforzar» la UE, y acelerar el «proceso de construcción europea» en materias como la inmigración, la homogeneización de los sistemas de gobernanza o de la regulación.
LA «TAREA PENDIENTE» DE EUROPA
Por su parte, Ernesto Zedillo ha coincidido en señalar que la democracia liberal está «bajo asedio» del populismo, y afectada por una «crisis de desapego del derecho internacional», por lo que ha apelado a proteger las instituciones multilaterales porque «no se puede contar» con la que tradicionalmente era «la gran potencia benigna», Estados Unidos.
En ese escenario, el expresidente mexicano ha apelado a Europa a acometer su «tarea pendiente», la de hacer valer su potencial y «cumplir con la agenda de, realmente, unificar, integrar y coordinar las economías en los mercados de capitales y de servicios, productos y energías». «En vez de ser un actor pasivo, tener un papel activo para formar alianzas con otras potencias (…) pero no hemos visto ningún esfuerzo en esa dirección», ha advertido, y ha lamentado que «no se ve un sentido de la urgencia», porque «las soluciones están ahí, pero la ejecución está distante».
Además, también ha alertado de que Europa «ha comprado demasiado fácilmente la chinofobia norteamericana» y ha contribuido a la «profecía autocumplible» de que el gigante asiático es una potencia con aspiraciones geopolíticas, viéndola además de como adversario, «como enemigo».
OPORTUNIDAD PARA EUROPA
En esta jornada del Foro La Toja ha participado también el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2024, Michel Ignatieff, encargado de la ponencia inaugural, en diálogo con la exvicepresidenta del Gobierno, Soraya Saénz de Santamaría.
En su intervención, Ignatieff ha señalado que Europa se ve ahora «de repente, sola en un mundo hostil», enfrentándose a grandes desafíos en casa y en el entorno internacional, lo que le obliga a actuar «con una unidad que aún no ha sabido desplegar».
Al respecto, ha hecho hincapié en el potencial europeo y la necesidad de una «cooperación profunda» ante el auge de China y la posición de Estados Unidos. «Esto es una oportunidad para que Europa desarrolle sus capacidades en defensa, en economía y en energía», ha proclamado, pero ha advertido de la necesidad de coordinación y de implantar estrategias europeas comunes en áreas como la seguridad y defensa, para que cada Estado sepa lo que tiene que hacer más allá de su ámbito doméstico.
Por otra parte, también se ha referido a la política económica, y ha remarcado que Europa no podrá competir mientras no consiga grandes fuentes de capital. Para ello, hay que «ser inteligentes y renunciar a un poquito de soberanía» en el sistema bancario de cada Estado para construir una UE más fuerte en ese ámbito.
En último lugar, y ante la pregunta de cómo ha de ser el liderazgo del futuro, Michel Ignatieff ha señalado que el actual es un «momento histórico» y de «inflexión». «La fuerza del momento impulsa a los líderes del futuro», ha afirmado, ha señalado que ese tipo de líder será «una persona a quien le preocupen las respuestas (…) con capacidad de hablar, de apelar al pueblo europeo y con capacidad de tomar decisiones duras basadas en los hechos, la ciencia y la razón».