La ballena gris se extinguió del Atlántico Norte entre mediados del siglo XII y mediados del siglo XIV debido, probablemente, a la «intensa actividad ballenera» en este océano durante la Edad Media. Algunos de los útimos ejemplares de esta especie fueron localizados en San Cibrao (Lugo).
Así lo revela un nuevo estudio en el que participan investigadores de la Universidad de Oviedo, realizado gracias a dataciones con radiocarbono sobre ejemplares europeos de yacimientos arqueológicos y paleontológicos. La investigación se ha publicado en la revista ‘Quaternary Science Reviews’, de alto impacto en su área del conocimiento.
El investigador del Instituto de Recursos Naturales y Ordenación del Territorio de la Universidad de Oviedo (INDUROT) Carlos Nores, ha explicado que hasta hace pocos años se desconocía que la ballena gris (Eschrichtius robustus) hubiese formado parte de la fauna atlántica en época histórica.
El estudio recientemente publicado ha confirmado que la ballena gris, que estuvo presente en el Atlántico Norte, ha sido la única especie de ballena extirpada de un océano en tiempos históricos.
Durante siglos, esta ballena ha quedado confinada al Pacífico Norte, con la excepción de unos pocos «ejemplares divagantes» que podrían marcar el retorno a la recolonización del Atlántico.
«Aunque la cronología y la causa de la desaparición de la ballena gris del Atlántico no se conocía con claridad, un programa de datación con radiocarbono sobre ejemplares europeos de yacimientos arqueológicos y paleontológicos ha puesto de manifiesto dónde y cuándo la especie estuvo presente en el Atlántico Nororiental», ha explicado el investigador.
SE HAN ANALIZADO 69 EJEMPLARES DE BALLENA GRIS
Las nuevas dataciones han permitido estimar su extirpación entre mediados del siglo XII y mediados del siglo XIV de nuestra era, durante la actividad ballenera medieval a lo largo de la ruta migratoria de esta especie costera.
«La actividad ballenera preindustrial parece haber sido la responsable de esta extirpación en todo un océano, teniendo como consecuencia la pérdida de los servicios ecosistémicos característicos de la ballena gris, como remover los sedimentos del fondo marino y la translocación de nutrientes cerca de la costa, desde el Atlántico Nororiental», ha agregado Nores.
Los investigadores han llegado a estas conclusiones tras realizar el conjunto de dataciones más completo hasta la fecha sobre esta especie, liderado por el neerlandés Youri van den Hurk, en el que, gracias a la técnica del 14C se han datado y calibrado 69 ejemplares de ballena gris.
Los ejemplares más recientes han sido localizados en España, en la costa del mar Cantábrico, en San Cibrao (Lugo) y Cudillero (Asturias) y están datados entre los siglos XI-XIII; son así los últimos ejemplares de ballena gris conocidos en el Atlántico, que se suman a los ya conocidos de Gijón y Algeciras, más antiguos.
Se comprueba de este modo que, aunque la pieza fundamental de la actividad ballenera cantábrica fue la ballena franca (Eubalaena glacialis), no fue esta la única presa accesible.
En el estudio han participado investigadores del INDUROT de la Universidad de Oviedo, de la Universidad de León, del Centro de Experimentación Pesquera del Principado de Asturias y de la Coordinadora para o Estudio dos Mamíferos Mariños (CEMMA) de Galicia.
Este trabajo ha sido financiado por el MSCA-IF project Demise of the Atlantic Grey whale (DAG) y el European Research Council (ERC) Synergy Project 4-OCEANS, ambos bajo el Programa de Investigación e Innovación del Horizonte 2020 de la Unión Europea.