La Guardia Civil de Ourense tiene una investigación abierta para encontrar a los atracadores que este pasado domingo asaltaron a una vecina de Castrelo de Miño a punta de pistola.
Los delincuentes entraron en la vivienda de la mujer, de 94 años, a las 13.00 horas y, encapuchados para ocultar su identidad, la amenazaron con una pistola para exigirle dinero. Se marcharon poco después con 200 euros que había en el interior de una cartera.
El suceso ocurrió a mediodía pero no fue hasta entrada la noche cuando la guardia civil fue alertada por una sobrina de la víctima, a la que esta informó en ese momento porque la nonagenaria residía sola y pasó gran parte de la tarde en estado de nerviosismo, sin comunicarse con nadie hasta que la vio una vecina.
En el ayuntamiento la alarma es grande entre los vecinos, lo reconoce el alcalde, Avelino Pazos, que a mayores de la preocupación dice que «se suma la tristeza porque este siempre ha sido un ayuntamiento muy tranquilo y muy seguro» y «ahora solo deseamos que todo esto acabe y que se cace a los que le están haciendo mal a nuestra gente y que los pongan entre rejas, porque es donde tienen que estar».
En Castrelo de Miño los hurtos en viviendas comenzaron «hace dos o tres meses» según las estimaciones del regidor, «forzando alguna puerta o alguna ventana», pero «mayormente de viviendas deshabitadas y en la mayor parte no se llevaban nada».
En alguna se llevaron algún objeto, pero de escaso valor. «Eran situaciones en las que el propietario se llevaba el susto y el enfado al volver, pero no sufría riesgo vital.
Lo que pasó este domingo ya tiene una gravedad mucho mayor», subraya Pazos que ensalza «la serenidad» de la vecina que «temió por su vida». Tanto así que la nonagenaria abandona el municipio para irse a vivir con sus hijos «porque tiene miedo de quedarse aquí».
Una situación que en el consistorio ya han escuchado de más bocas porque «lo que nos trasladan la mayoría de los vecinos es exactamente lo mismo, mucho miedo porque tenemos población muy mayor».
«Estamos en verano, en una comarca de mucho calor, y duermen todos con las ventanas completamente cerradas por miedo a que entren en sus casas», ejemplifica el alcalde que pide que «haya más medios para la guardia civil» porque «hacen lo que pueden con lo que tienen, pero no es suficiente. Mucho se habla de la defensa del rural pero se desmantelan los cuarteles y baja la seguridad de los vecinos de los pueblos, es algo que no podemos permitir», reclama Pazos.
OLA DE ROBOS
En su ayuntamiento han sido varias parroquias distintas y en días diferentes las que han sufrido robos. En Cortiñas llegaron a entrar a la iglesia forzando la cerradura, pero sin llevarse nada del interior. También han entrado en Santo Estevo, Noallo y Barral.
La ola de robos, pero especialmente el último suceso, ha obligado a colgar un bando municipal en el que alertan de los robos en las aldeas y en el que informan de que desde el ayuntamiento «trabajan en coordinación con la guardia civil para poner fin a esta situación».
«Ante los desagradables episodios de robos en viviendas, y a personas en varios pueblos de nuestro ayuntamiento, pedimos a los vecinos que extremen las medidas de seguridad y avisen a la Guardia Civil ante cualquier sospecha o circunstancia extraña», esgrimen en el comunicado público.
Las autoridades municipales no saben si se trata de una banda organizada o de diferentes ladrones, pero confían en el trabajo de la guardia civil para «resolverlo cuanto antes para que haya una tranquilidad en los vecinos que ahora mismo ya no hay».
Es el segundo ayuntamiento de la comarca de O Ribeiro que este verano sufre una ola de robos, ya el mes pasado asaltaron varias casas del ayuntamiento de Avión, y en la comarca de O Carballiño fue víctima de robos el ayuntamiento de Beariz. Esta investigación también continúa abierta por parte de la Guardia Civil.