Decenas de trabajadores de la empresa Urbaser, concesionaria del servicio de limpieza y recogida de residuos en Santiago, se han concentrado este miércoles en la Praza do Obradoiro para protestar por los «reiterados incumplimientos» por parte de la compañía, así como por la «carga de trabajo» que soportan y las «diferencias» en la aplicación del convenio.
Según ha explicado a los medios de comunicación el presidente del comité de empresa de Urbaser, Ricardo Méndez, tiene compañeros que «trabajan festivos o domingos y no los cobran, mientras que otros miembros de la plantilla sí».
Con una pancarta con el lema ‘Urbaser culpable, Concello responsable’, los manifestantes también han denunciado frente al Ayuntamiento que llevan entre uno y dos años esperando por los nuevos vestuarios. Respecto a esta cuestión, Méndez ha destacado que esta semana se ha inaugurado uno de estos vestuarios en Conxo, hasta el que se ha desplazado una parte de la plantilla, pero ha incidido en que es una «mínima parte».
En esta línea, ha detallado que siguen esperando que hagan los de la rúa Arzúa, ya que los trabajadores se están cambiando en unas condiciones «apretadas» que les obliga a adelantar turnos para que «cambien por separado los hombres y las mujeres». Además, ha advertido de que estas circunstancias generan en los trabajadores «estrés diario» y una situación laboral «complicada».
Otra de las reivindicaciones que han marcado la concentración ha sido la denuncia por parte de los trabajadores de la carga de trabajo a la que se ven sometidos. Ricardo Méndez ha indicado que la empresa decidió variar la cantidad de personas que trabajan en cada ruta.
Según ha explicado, en los recolectores de carga trasera pasaron de dos peones a uno sólo, mientras que en los de carga lateral había un peón y ahora «gran parte de ellos va sin ninguno». Por lo tanto, la persona que ahora trabaja sola «sufre una carga de trabajo a mayores» y el hecho de que los camiones vayan sin los compañeros que se dedicaban a recoger desbordes de basura, genera que esta se acumule y tenga que ser recolectada de forma manual.
En esta línea, ha subrayado que en el barrido manual también hay una carga «excesiva» de trabajo, porque si antes iba una brigada de tres o cuatro personas, ahora sale una sola y tiene que recorrer «grandes distancias con un carrito».
CONVERSACIONES CON LA EMPRESA
Por su parte, Ricardo Méndez ha apuntado que los trabajadores carecen de «mucha» información por parte de la empresa. Ha señalado que hacen cursos y no los avisan o que solicitan información, así como evaluación de riesgos y «tardan meses o incluso años» en darles los resultados. De este modo, ha matizado que aunque han mantenido alguna reunión, las actuaciones por parte de la empresa son nulas.
Con todo, ha asegurado que con la movilización de este miércoles buscan dar un «toque de atención» de que la plantilla está unida y para demostrar que «no existen amiguismos entre el comité y el ayuntamiento». Además, ha incidido en que este es el «punto de partida» porque les espera un «camino largo» si las cosas «no cambian».