Alcoa sostiene que el éxito del proceso de venta «es incierto», por lo que aboga en trabajar en «una solución de viabilidad a largo plazo» e insiste en modificar el acuerdo alcanzado con los trabajadores, al tiempo que apuesta por medidas en el ámbito laboral que la compañía presentará al comité próximamente.
En un comunicado este viernes, la multinacional del aluminio apunta que en la reunión de seguimiento del pasado jueves se un análisis financiero a cinco años del complejo de San Cibrao que arroja pérdidas de más de 600 millones de dólares entre 2024 y 2026. Asegura que «solo a partir de 2027» se empezará «a producir flujo de caja positivo».
Así, Alcoa prevé que los fondos disponibles en el grupo español se agoten en la segunda mitad del año 2024, por tanto, «podría tener que afrontar una situación de insolvencia».
Incide en que inició el contacto con potenciales compradores para una venta del complejo, con ofertas no vinculantes alrededor de mediados de mayo, al igual que el jueves se expuso que se prevén vinculantes a mediados de junio. «En este contexto se evaluará próximamente con el Gobierno de España y la Xunta de Galicia la participación de ambas administraciones en dicha posible venta», agrega.
Precisamente, Xunta y Gobierno cerrarán un acuerdo de confidencialidad con la compañía para velar por la «seriedad» de las empresas interesadas «en el examen de las ofertas», según explicaba el jueves la conselleira de Economía, María Jesús Lorenzana.
Finalmente, agradece el «compromiso y profesionalidad» de los trabajadores, al tiempo que destaca de que el proceso de rearranque de las 32 primeras cubas «se ha completado sin incidentes de seguridad ni medioambientales».
El pasado jueves, el comité de empresa avisaba de que no van a modificar el acuerdo de viabilidad firmado, al tiempo que revelaba que Alcoa apuesta por un programa de bajas voluntarias.