El Juzgado de lo Social número 1 de Lugo ha declarado nulo el despido de una trabajadora de la Fundación Hospital Asilo de Vilalba, ejecutado a principios de año, al considerarlo resultado de una «represalia» por parte de la empresa a la actividad reivindicativa de la profesional, que había denunciado irregularidades en el funcionamiento de la residencia de mayores en la que trabajaba.
La sentencia, conocida este miércoles, obliga a la citada empresa a abonar los salarios que la mujer dejó de percibir desde el momento de su despido, a indemnizarla por «daños morales» en concepto de 7.501 euros y a readmitir de manera inmediata a la trabajadora.
«Esta es una victoria para Olga pero también para todas las mujeres, para las auxiliares y para las trabajadoras del asilo», ha asegurado, en declaraciones a Europa Press, Margarida Prieto, coordinadora comarcal del Sindicato Labrego Galego y representante en el Consello Galego de Benestar.
La sentencia emitida por el Juzgado avala la tesis de las plataformas sociales que secundaron la demanda de la profesional –Sindicato Labrego Galego, CC.OO. y colectivos feministas da Terra Chá– al hacer constar en el escrito que existen «indicios suficientes» capaces de avalar que la decisión empresarial adoptada constituía en realidad «una represalia frente a las quejas formuladas» por la trabajadora.
«Si se puede sacar algo positivo de esto es que una vez más se demuestra que cuando la gente lucha se logran resultados. Esto es bueno para que otras compañeras se animen a denunciar y sepan que están arropadas», ha explicado Margarida Prieto, para acto seguido subrayar que la «grave represión» sufrida por la trabajadora obedece también a su «condición de ser mujer».
Las reivindicaciones del personal de la residencia de mayores gestionada por la Fundación Hospital Asilo de Vilalba para denunciar la alta carga de trabajo de las profesionales y sus precarias condiciones laborales comenzaron en 2021. Con el paso de los meses, las demandas se transformaron en concentraciones respaldadas por los sindicatos y en las que participó de manera activa la trabajadora despedida, que ahora deberá ser readmitida.
«Estamos hablando de una institución con una aureola de buen funcionamiento que era intocable. Todos sabían lo que pasaba ahí dentro pero nadie era capaz de denunciarlo. La situación de Olga no es una situación única», advierten, sin embargo, desde un Sindicato Labrego Galego que califica la sentecia como «muy importante de cara al futuro».