El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) inicia este lunes los trabajos de reparación del viaducto de Vichocuntín de la N-541, en la parroquia de Pedre del municipio de Cerdedo-Cotobade (Pontevedra), para solventar los destrozos causados por el accidente del autobus la pasada Nochebuena en el que murieron siete personas.
La obra comenzará el día después de que se cumplan nueve meses del trágico siniestro registrado en la noche del 24 de diciembre de 2022, según ha anunciado este viernes el departamento que dirige Raquel Sánchez a través de un comunicado.
La actuación contempla la instalación de un nuevo pretil de hormigón (murete de seguridad) en el viaducto sobre el río Lérez de la nacional que une Pontevedra y Ourense, que fue en parte derribado en parte por el autobús en su salida de vía, que se produjo en el comienzo del viaducto en sentido Pontevedra.
Desde entonces, se encuentra precintado y, nueve meses después del accidente, será sustituido por uno nuevo, lo que obligará a reforzar y ampliar el tablero del viaducto, según ha explicado el Mitma.
La ejecución de los trabajos motivará el corte de uno de los carriles de circulación entre los kilómetros 66,800 y 65,100 desde las 08,00 horas del 25 de septiembre hasta las 13,00 horas del 22 de diciembre.
ACCIDENTE DE AUTOBÚS
El accidente de autobús de Cerdedo-Cotobade (Pontevedra) regresó al foco informativo esta semana después de que el delegado del Gobierno en Galicia, Pedro Blanco, desvelase que el informe pericial hecho por la Guardia Civil determina como causa principal del siniestro un exceso de velocidad.
El informe, todavía bajo secreto y que está en poder del juzgado de Pontevedra que instruye el caso desde hace semanas, es puesto en cuestión por la defensa del chófer, que alega, según fuentes consultadas por Europa Press, que los cálculos para determinar que el autocar viajaba por encima de la velocidad permitida no son fidedignos al no haberse recuperado la información del tacógrafo.
Por otra parte, esta semana también se reactivó la actividad del denominado ‘Pacto de Pedre’, en el que participan siete alcaldes de municipios por los que transcurre la N-541 (Cerdedo-Cotobade, Punxín, Beariz, Boborás, O Carballiño, Maside y O Irixo) en demanda de mejoras de seguridad en la carretera nacional, que califican de un «cementerio» por su alta siniestralidad.