Los trabajadores del sector de eventos irán a la huelga el próximo 15 de septiembre en demanda de un nuevo convenio colectivo que, entre otras cuestiones, limite la jornada laboral a un máximo de 12 horas en situaciones excepcionales y marque un descanso mínimo de también 12 horas.
La parte social acusa a la patronal –AGEM, Escena Gallega y Agatec– de «querer impone un modelo de industria precaria» a través de la «disponibilidad y flexibilidad» de los trabajadores con el «pretexto» de las «particularidades del sector».
El paro afectará a teatros, museos, acuarios, centros cívicos y el resto de eventos culturales, cuyos trabajadores están llamados a participar en una concentración a las 12,00 horas en la Cidade da Cultura, donde se celebra ese día el encuentro del Consejo de Asuntos Económicos y Financieros de la Unión Europea (Ecofin).
En un comunicado difundido por la CIG, los sindicatos explican que sus demandas están centradas en acotar las jornadas laboral y que, por lo tanto, el conflicto no reside en una reclamación salarial o de «privilegios» para los trabajadores.
«El conflicto está en que la patronal no acepta equiparar a los profesionales de nuestro sector las personas trabajadoras de cualquier industria, con unas jornadas y descansos equiparables», ha añadido la parte social, que incide en que 12 horas «no puede ser la jornada habitual» y que deben respetarse los tiempos de descanso que marca el Estatuto de los Trabajadores.
Así, entienden que «si tiene que haber excepciones», éstas tienen que «estar claramente definidas y sin posibilidad de ser usada la excepción como norma habitual».
Además, acusan a las empresas de pretender que «recaiga» en los trabajadores la solución a los problemas financieros que causan los contratos de prestaciones de servicios que firman las compañías y que, dicen, «les obligan en ocasiones a perder dinero, pero que fueron libremente aceptados por quien debe asumir la solución».
De este modo, creen que pretenden articular un convenio «cada vez más abierto a la interpretación» y «lleno de excepciones» que abre hueco para «situaciones arbitrarias» y «supuestos imprevistos».
Todo esto para, según los sindicatos, facilitar que la jornada laboral pueda ser extendida o que se reduzcan las horas de descanso, por lo que califican de «intolerable» la propuesta hecha por la patronal.