La mujer acusada de causar la muerte a dos jóvenes de la localidad coruñesa de Ribeira, en un accidente de tráfico ocurrido en mayo de 2019, ha pedido este lunes «perdón» a las familias de las víctimas, aunque ha asegurado no recordar las circunstancias en las que se produjeron los hechos: «Ojalá me hubiese muerto yo».
Así ha concluido su declaración en la primera sesión del juicio que se celebra en la sección sexta de la Audiencia Provincial de A Coruña, con sede en Santiago, por este siniestro, sucedido en la zona de Palmeira cuando la mujer, supuestamente, conducía ebria y a más velocidad de la permitida, así como bajo los efectos de fármacos sedantes que tenía prescritos.
«Quiero pedir perdón a las familias. Ojalá me hubiese muerto yo y ojalá que ellos estuvieran vivos», ha dicho al concluir su declaración en el juicio, que tratará de determinar estos días si la mujer cometió un homicidio por imprudencia o si hubo algún tipo de dolo en su conducta.
La sesión ha arrancado a primera hora con la selección de los nueve miembros más dos suplentes del jurado popular, que deberá determinar su grado de culpabilidad. Posteriormente, las partes han expuesto sus reclamaciones y consideraciones y han pedido la inclusión de nuevas pruebas, como la declaración de uno de los hijos de la acusada o la intervención de uno de los peritos que hizo el informe de imputabilidad.
«TRES COPAS» HORAS ANTES
A preguntas de las partes, la acusada, que en varias ocasiones ha visto interrumpido su relato por el llanto, ha reconocido que ese día bebió «tres copas de vino» con un amigo con el que se encontró en Ribeira, aunque ha dicho que esto ocurrió antes de las 13,30 horas, es decir, cinco horas antes del siniestro.
La acusada ha afirmado que salió de casa por la mañana para hacer gestiones, se tomó un café y, en determinado momento, se encontró con un conocido, con quien tomó «tres copas de vino».
Sobre las 13,30 horas, ha proseguido, llegó a su domicilio, donde dijo a sus hijos que se encontraba «mareada» y, tras tomar una medicación, se acostó a dormir. A las 17,30 horas se despertó, ha contado, y cogió las llaves del coche para «ir a ver a una doctora», ya que no se encontraba bien.
La acusada ha afirmado que tomaba diariamente unos cinco fármacos prescritos por su psiquiatra, a quien había consultado por depresión, ansiedad y trastorno desadaptativo mixto a raíz de los malos tratos a los que, ha afirmado, la sometía su exmarido, quien tiene una orden de alejamiento de ella.
No obstante, ha asegurado que ningún médico le dijo que no podía beber alcohol mientras tomaba esa medicación. A renglón seguido, ha admitido que consume alcohol desde su juventud y que llegó a pedir ayuda profesional por alcoholismo.
DICE NO RECORDAR EL ACCIDENTE
Sobre el día de los hechos, ha dicho no recordar el accidente, ni tampoco los momentos previos en los que otros conductores aseguraron haberla visto dando bandazos por la carretera.
«Solo recuerdo el impacto y no recuerdo nada más», ha contado ante el tribunal, tras lo que ha narrado que fue trasladada a un hospital, donde permaneció «semanas» ingresada.
Tras el accidente, la mujer ha explicado que sus allegados no quisieron contarle las consecuencias del mismo, hasta que su compañera de habitación en el hospital la reconoció y le dijo que, como consecuencia del choque, habían fallecido dos jóvenes. «Entonces, intenté tirarme por la ventana y me sedaron», ha añadido.
La acusada ha afirmado que tras el siniestro continúa recibiendo asistencia psiquiátrica, en parte por la presión derivada de los hechos, que la llevó también a trasladarse a Madrid. «Me llamaban asesina y mi psiquiatra me ayudó a reconocer que había sido un accidente, no que fuese una asesina», ha subrayado.
ACCIDENTES ANTERIORES
Entre los elementos que ha sacado la acusación en esta primera sesión está el hecho de que, en el año anterior al siniestro, la mujer se vio implicada en hasta cinco accidentes de tráfico. No obstante, ella ha afirmado que el culpable de aquellos choques fue su marido y, en alguna ocasión, el otro conductor.
De hecho, la acusación particular, que representa a los padres de las víctimas, ha revelado que el próximo 13 de enero, la procesada está citada a otro juicio también por un accidente de tráfico con lesiones.
HECHOS
Los hechos que se juzgan se produjeron sobre las 18,35 horas del 4 de mayo de 2019, cuando la mujer conducía por la carretera AC-305 (Padrón-Ribeira), a la altura de Palmeira.
La acusada, según sostiene el escrito de Fiscalía, conducía bajo los efectos del alcohol y, además, habiendo consumido fármacos antidepresivos y antipsicóticos.
Finalmente, circulaba a una velocidad excesiva, en concreto «a unos 130 kilómetros por hora cuando el límite de velocidad establecido era de 50-70 kilómetros/hora, dando bandazos del margen derecho al izquierdo de la carretera, llegando a invadir en varias ocasiones el carril contrario».
La mujer acabó colisionando contra el vehículo en el que viajaba una joven pareja, también vecinos de Ribeira, que resultaron fallecidos.