El ex jefe de seguridad de Renfe, Antonio Lanchares, ha afirmado que el interventor «debería haberse abstenido de llamar por ese motivo al maquinista» del tren Alvia accidentado en julio de 2013 en Angrois (Santiago).
«La llamada del interventor jamás debería haberse producido», ha sentenciado, en su declaración en el juicio por el siniestro, en el que se procesa al maquinista Francisco Garzón y al homólogo de Lanchares en Adif, Andrés Cortabitarte.
Según su testimonio, en calidad de perito-testigo, la llamada del interventor, que preguntaba a Garzón por la llegada a la estación de Pontedeume para que se bajase una familia con niños, «lo lógico era derivarla al centro de gestión de Renfe».
Así lo ha asegurado durante el interrogatorio de la abogada del Estado, que representa al administrador de infraestructuras ferroviarias.
En cualquier caso, ha asegurado que la oficina de factor humano de Renfe estudió la posibilidad de que se produjese un despiste por hablar por teléfono pero «fue una sorpresa» el tiempo en el que Garzón circuló desubicado.
(Habrá ampliación)