La Confederación Hidrográfica del Miño-Sil, organismo autónomo dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, ha reunido este lunes a la Comisión de Desembalse para hacer balance del año hidrológico 2021-2022, el segundo año más seco de la serie histórica, donde el organismo se vio imposibilitado para satisfacer todas las demandas de riego.
Tal como recoge el Ministerio en un comunicado, el ejercicio pasado (que terminó el 30 de septiembre de 2022) solo fue superado por los años 2016-2017. En él, las aportaciones del embalse de Bárcena en el total del periodo para la cuenca del Sil Superior rozaron los 314 hectómetros cúbicos, frente a un valor medio de 718,7 hectómetros cúbicos, lo que supone un descenso del 56%.
Todos los meses del año hidrológico estuvieron por debajo de la media, con la única excepción de diciembre de 2021 que, con unas aportaciones de 101,9 hectómetros cúbicos, se situó un 12,6% por encima de la media.
«A pesar del escaso aporte, la adopción de medidas tempranas permitió que el comportamiento del embalse se mantuviese relativamente dentro de la normalidad. Así, desde el 8 de enero los desembalses se limitaron al caudal ecológico, lo que permitió que la curva de embalse fuese ascendiendo», ha reivindicado el Gobierno central.
Con respecto a los regadíos, se realizaron unos consumos «muy moderados» durante la primera parte de la campaña de riego, incluyendo cortes nocturnos en el Canal Bajo entre el 13 de mayo y el 13 de julio, «a fin de hacer lo posible para garantizar las demandas en los meses de agosto y septiembre». Por ello, los ahorros logrados permitieron promocionar los caudales habituales durante el resto de la campaña.
Sin embargo, en el embalse de Vilasouto la situación de sequía fue más grave, con unas aportaciones totales de 11,95 hectómetros cúbicos.
«Nos encontramos ante el quinto peor año de toda la serie desde 1971, solo superado por los registros de 1988-1989, 1991-1992, 2001-2002 y 2016-2017. Con estos datos, en el presente año, solamente en el mes de julio se llegó al 45,6% de llenado», explicó el director técnico, Manuel I. Rodríguez Acebes.
De esta manera, la escasez de agua «hizo imposible» satisfacer todas las demandas de riego. «Se realizó una cuidadosa planificación en colaboración con los regantes, que se tradujo en un único periodo de riego, entre el 19 de julio y el 15 de agosto, coincidiendo con las mayores necesidades de los productores profesionales», añadió Rodríguez.
PRESA DE OS PEARES
Por otra parte, vecinos de la Ribeira Sacra han indicado que debido a los trabajos que se están realizando en la presa de Os Peares, en Ourense, el caudal del embalse ha bajado «exponencialmente», lo que ha hecho resurgir de debajo del agua las ruinas de antiguas bodegas y viñedos.
Tal como han informado a Europa Press trabajadores del restaurante Playa Fluvial de A Cova, la caída del nivel del agua ha provocado incluso que la isla de Maiorga, ubicada en medio del embalse, se haya unido a tierra firme, creando una especie de puente natural.
Además, se han podido avistar pecios de antiguas embarcaciones tradicionales que yacen bajo el agua desde hace cientos de años, por lo que se han puesto en marcha una serie de rutas en barca para poder admirar este «espectáculo natural».