El informe anual de la Valedora do Pobo de 2021, entregado este lunes en la Cámara gallega por Dolores Fernández Galiño, dedica varias páginas a la situación del «déficit» de personal en la sanidad, especialmente, en atención primaria, en la que se recogen centros de salud con problemas de personal, incluso con expedientes de queja de los propios profesionales.
Entre las sugerencias que remite la defensoría gallega a la Consellería de Sanidade, se encuentran la apuesta por que el Sergas abriese una «línea de diálogo» con los facultativos de atención primaria, con el objetivo de «establecer incentivos, de carácter económico o de otra índole, que permitan cubrir ausencias y vancantes mientras no se soluciona el problema estructural de la escasez de personal cualificado para el puesto».
Precisamente, la Administración sanitaria se encuentra en pleno proceso de negociación al respecto de situación que vive este nivel asistencial y la «sobrecarga» que denuncian los profesionales de atención primaria, después de que en la última mesa sectorial –en la que están representados los sindicatos– se pusiese encima de la mesa un nuevo plus para compensar a los facultativos que trabajan en centros de salud con déficit de personal, entre otras cuestiones.
Además, y de forma puntual por el momento para el centro de salud de Baltar, en Portonovo, el Sergas ha firmado un convenio de colaboración con el Ayuntamiento de Sanxenxo para cubrir hasta tres plazas de atención primaria durante la época estival en la que el Consistorio proporciona la búsqueda de vivienda para el factultativo, de fuera de Galicia.
El informe del Valedor do Pobo, recopilado por Europa Press, incluye que se recibieron «numerosos expedientes de queja» en relación con la no cobertura y plazas vacantes del personal facultativo en 16 centros de salud de la geografía gallega: A Cuña-Ourense, Anafáns-Poio; Baltar-Sanxenxo; Burela; Cabans; Cangas; Castrillón; Castro Ribeiras de Lea-Lugo; Coia-Vigo; Conxo-Santiago de Compostela; Illas Canarias-Lugo; Marín; Monfero; Noia; Vilalonga-Sanxenxo; y Vilanoviña-Meis (la más numerosa, por el cierre del consultorio).
En el documento se analiza, por ejemplo, la situación de un facultativo de Vigo, que denunció «una sobrecarga asistencial» y advertía de «posibles consecuencias sobre el derecho a la protección de la salud del facultativo y de los usuarios». Concretamente, indicaba que en las vacaciones del otro facultativo, ya que solo trabajan dos médicos, tuvo que atender un cupo de 2.800 personas más la población flotante.
«ME GENERA ESTRÉS E INSEGURIDAD»
«Por culpa de esta situación, estoy atendiendo una media de entre 55 y 65 pacientes diariamente, con la sobrecarga asistencial que esto supone, limitando el acceso a pacientes que puedan solicitar asistencia y prolongado la lista de espera para recibir una consulta», decía la queja, en la que añadió el facultativo: «Tal situación me genera un estado de estrés e inseguridad en mi actuación, obligándome a no poder dedicar el tiempo que se precisa para una atención segura a mis pacientes, suponiendo una gran inseguridad para los mismos, como efecto secundario de la sobrecarga asistencial».
En el marco de su análisis, la defensoría gallega apunta que, «cuando fracasan» las alternativas que maneja el Sergas, podrían incluirse la opción de estudiar «incentivar a los profesionales de otros servicios sanitarios, por ejemplo los facultativos que integran el 061, para realizar prolongaciones de jornadas en los centros de salud de su área sanitaria».
También ofrece la posibilidad de valorar que facultativos de otras especialidades compatibles con la labor de primaria, y en colaboración con las sociedades médicas y los colegios, «puedan realizar esas prolongaciones de jornada».
Concretamente, en la sugerencia remitida a la Consellería de Sanidade, el alto comisionado apunta que «cuando se precise cubrir la plaza vacante de un facultativo» de atención primaria y «no se disponga del personal para hacer la sustitución», es necesario «desarrollar medidas que en la práctica no redunden en una posible sobrecarga asistencial del resto de los facultativos de atención primaria», como es el caso de la intersustitución –cuando excedan ampliamente los parámetros que se consideran aceptables por las autoridades sanitarias–.
De este modo, sugiere optar por la progolongación de la jornada de los profesionales del centro de salud o de otros, en el turno compatible con su horario laboral habitual, para «no contribuir a la sobrecarga asitencial».
Asimismo, considera que «sería conveniente», en estos casos, reforzar los mecanismos de información a la población de manera que conozcan las diferentes opciones de acceso al servicio de salud en en el caso de que puedan encontrar problemas de acceso a la asitsencia sanitaria originados por la falta de profesionales que permitan cubrir las ausencias.
MONOTORIZACIÓN
Por otro lado, a raíz de una queja colectiva de facultativos de atención primaria del área sanitaria de Vigo, en la que advertían de «sobrecarga asistencial que imposibilita el correcto desarrollo profesional», la Valedora do Pobo estima que se deben establecer «un sistema de monotorización de los diferentes parámetros que pueden influir en la prestación de la asistencia sanitaria en los centros de salud».
En ese sistema, añade, deben incluirse la demora en las citaciones, la demanda del paciente y el porcentaje de citaciones presenciales respecto al total, como «punto de partida para objetivar la situación laboral de los profesionales y la calidad asitencial».