La CIG ha criticado este lunes el acuerdo de convenio alcanzado la semana pasada entre la patronal de residencias y centros de día privados de Galicia, UGT y CC.OO., un documento que ha considerado una «limosna» ante las reclamaciones de los trabajadores y tras el que ha acusado a los sindicatos y a la Xunta de ser «cómplices» de su situación.
En una rueda de prensa, Beatriz Hernández, del comité de huelga, ha asegurado que sindicatos firmantes, patronal y Xunta «se equivocaron al considerar que esta huelga tenía como fin único una negociación colectiva» y que se podía «arreglar con una limosna».
«Esta huelga fue el fruto de años y años de explotación y humillación que sufrimos los trabajadores del sector de residencias», ha destacado Beatriz Hernández, que «después de ver como éramos llamados esenciales y recibir aplausos» volvieron a «ser los olvidados». «Decidimos dejar de vivir arrodillados, levantar la cabeza y reclamar dignidad», ha subrayado.
Tras una semana de huelga en el servicio, el 25 de marzo se produjo una mediación del Consello Galego de Relacións Laborais entre los trabajadores y las empresas, que derivó en un acuerdo de nuevo convenio que fue firmado por CC.OO. y UGT, pero no por la CIG.
«Esperábamos un poco de respeto», ha dicho Hernández, frente a lo que se encontraron a «una patronal miserable y mezquina» que, entre otras cosas, «no estaba dispuesta a hablar de la salud de las trabajadoras».
CARENCIAS DEL TEXTO
Del texto acordado, la CIG critica cuestiones como que no se aborde la consecución del 100 por cien del salario en caso de baja por enfermedad, «obligando» a los trabajadores a acudir a su puesto de trabajo en caso de tener enfermedades como una gripe, con el consecuente efecto negativo que podría tener en la salud de los residentes, «personas vulnerables».
Del mismo modo, reclamaban «una reducción de jornada para rebajar la carga brutal de trabajo», y «los arrogantes y miserables de la patronal solo ofertaron» una reducción de siete horas del cómputo global de todo el año y otras siete el año siguiente.
En cuanto a la subida salarial pactada, del 6,5%, es «la que ya había por convenio», con un 1% de subida para el año siguiente sin posibilidad de revisión salarial. «Es un insulto para los trabajadores», ha dicho Beatriz Hernández.
«COLABORADORES DIRECTOS» DE LA EXPLOTACIÓN
La representante de la CIG ha destacado que, en el proceso de negociación, la patronal se ha «quejado de que no les llega», cuando se trata de «un sector con grandes multinacionales controladas por fondos de inversión y con millones de euros de facturación».
Por eso, ha calificado sus planteamientos de «ruines y miserables» y ha acusado a los sindicatos que han firmado el acuerdo de «colaboradores directos de la explotación de los trabajadores».
A partir de ahora, ha explicado, la CIG comenzará una «lucha prolongada» para exigir que, al menos, las empresas cumplan la ley y con lo firmado. Al mismo tiempo, seguirán reclamando a la Xunta que «suba los ratios» de trabajadores por número de residentes y «equipare las condiciones» con las residencias públicas. Del mismo modo, también exigen que se cumpla la normativa para la presencia de personal sanitario en aquellas residencias de mayor tamaño.