Entre «3.000 y 3.500 vecinos» de 14 parroquias del municipio lucense de Castro de Rei se encuentran sin agua potable, según ha calculado el alcalde de esta localidad, Francisco Balado.
Al respecto, Balado ha explicado que se trata de «un problema derivado del arsénico que arrastra el manantial». «Es un problema que surgió en 2018 cuando ya se inició la aplicación de un tratamiento para rebajar estos parámetros», ha señalado.
«Más o menos se fue controlando pero a finales de verano los niveles volvieron a dispararse por encima de los parámetros permitidos y la recomendación sanitaria es que restrinjamos el agua de consumo humano y solo se permite su uso para lavarse, ducharse y otros usos domésticos no relacionados con su consumo», ha precisado.
El regidor de Castro estima que este corte en el suministro «se prolongará durante cinco días, hasta que se corrija el problema y los limites vuelvan a su estado normal».
«Son 14 parroquias y afecta más o menos a entre 3.000 ó 3.500 vecinos», ha reiterado, más de la mitad de los poco más de 5.000 habitantes con que cuenta el municipio.
«Es un problema que venimos arrastrando desde 2018, y a medio plazo tenemos que corregirlo con la construcción de un decantador de arsénico que elimine en su totalidad ese residuo en las aguas de consumo humano», ha reiterado.
RICO EN ARSÉNICO
El alcalde ha puntualizado que este problema «aparece porque el subsuelo de Castro de Rei y de sus parroquias limítrofes es rico en arsénico, e incluso en otros minerales».
«Todo esto no tenía ningún problema hasta 2018, que los límites máximos permitidos en arsénico por la Unión Europea eran de 0,50 miligramos de arsénico por litro de agua y a partir de 2018 estos parámetros se redujeron a 0,10 miligramos por litro. Nosotros estamos en unos limites de entorno a 0,14 ó 0,15 miligramos» de este mineral, ha concluido Francisco Balado.