Más de medio centenar de dueños de barracas o feriantes han protestado este lunes al grito de «queremos trabajar» y han sido desalojados del Ayuntamiento de Lugo tras entrar detrás de la concejala de Cultura, la nacionalista Maite Ferreiro.
En la Plaza Maior se concentraron parte de estos pequeños empresarios, con pitos, lo que llevó a que saliera a la calle la concejala Maite Ferreiro para explicarles los condicionantes para abrir el recinto ferial durante el San Froilán, las fiestas patronales de la ciudad de Lugo que tendrán lugar del 5 al 12 de octubre.
Una vez concluidas sus explicaciones, sobre las limitaciones que impone la Xunta, una avalancha de los propietarios de barracas se lanzaba detrás de la edil hasta entrar en el Consistorio donde apenas se pudo frenar la entrada a estas personas.
Posteriormente, con presencia de la Policía Nacional y Policía Local fueron desalojados fuera del edificio institucional, poco después de las 12,00 horas.
Uno de los feriantes, Ángel Gutiérrez, ha apelado a que llevan «parados 20 meses». «La gran mayoría no ha salido este año y no nos llega para comer», ha señalado. Más de un centenar de estos trabajadores dependen del sector en Lugo, ha abundado.
«Todos están trabajando y nosotros no. Ahora viene San Froilán, las fiestas de Lugo que son muy buenas fiestas y además muchos de los que estamos aquí no hemos salido en todo el año, no hemos hecho nada y tenemos que comer como todo el mundo, queremos trabajar», ha señalado Gutiérrez.
«ABIERTOS A RECIBIR»
La concejala de Cultura ha explocado que este acto era evitable dado que «desde esta área (cultura) siempre» han «estado abiertos a recibir». «Y estaremos abiertos a recibir a todo el que lo requiera», ha asegurado.
Finalmente, y tras varias interrupciones, Ferreiro ha aclarado que ellos se aferran al «protocolo que la Xunta de Galicia establece y que no permite tener recinto ferial en Lugo, tal y como están marcados los protocolos sanitarios» en el contexto de la crisis por la Covid-19 actual.
Dicho esto fue increpada, y tras ella y su equipo de comunicación entraron los feriantes, que cesaron en sus amenazas una vez que llegaron varias patrullas de la Policía Nacional y Local.