El presidente local y portavoz municipal del Partido Popular de Pontevedra, Rafa Domínguez, ha pedido este martes al alcalde de la ciudad del Lérez, Miguel Anxo Fernández Lores, que se reúna con los trabajadores de la fábrica de Ence en Lourizán y «busque puntos en común» con ellos. Así, le ha instado a «que tome la iniciativa, que se ponga al volante y luche por su vecinos».
Por parte del gobierno local siempre han esgrimido que el Ayuntamiento carece de competencias sobre empleo, ya que esta área corresponde a la Xunta de Galicia, pero el portavoz del PP local insiste en que «tuvo la capacidad y el ingenio para cerrar, ahora se le pide que tenga la misma capacidad para generar empleo», en referencia al recurso presentado por la administración Local contra las resoluciones por las que se había acordado la prórroga de Ence y que la Audiencia Nacional ha estimado anulando así la extensión de la concesión otorgada por el Gobierno en funciones de Mariano Rajoy.
Rafa Domínguez ha instado a Fernández Lores a que de «un paso al frente» y busque empleo y aporte «alguna alternativa» a estas familias para evitar que tengan «esta situación tan desesperada». El presidente local del PP ha afirmado que «la idea de la empresa, si no puede seguir, es cerrar» y los que lo van a pasar mal son las 500 familias.
«Esto es fruto de la desesperación de un alcalde que no sabe cómo justificar ante la ciudadanía que su decisión ha puesto en la calle a 500 familias», ha dicho Domínguez.
En una comparecencia en la sede provincial de su partido, Rafa Domínguez ha reiterado que condena «todo tipo de violencia: pasada, presente o futura» y ha reprochado al regidor que acuse al PP y a la empresa de estar detrás del boicot al pregón de las fiestas de la Peregrina por parte de los trabajadores de Ence. «Yo quiero ser alcalde de mi ciudad y condeno todo tipo de violencia», ha reiterado.
«DRAMA»
Domínguez también se ha referido al gesto de apoyo de los concejales del PP cuando en medio de los incidentes del pasado sábado se vistieron los chalecos amarillos que portaban los trabajadores de la fábrica de celulosas.
«Poner los petos no es ser violentos, no es equivalente», ha defendido, al tiempo que ha señalado que el objetivo del alcalde de Pontevedra es «desviar la atención» sobre el «drama» que viven estas familias que «se pueden ir a la calle».