Las bajas temperaturas registradas el pasado mes de julio en Galicia lo convirtieron en el más frío desde 2012, según el avance del informe climatológico que ha presentado este miércoles la conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez, en la sede de Meteogalicia.
Julio fue «inestable e irregular, con frío en las comarcas atlánticas, seco y con pocos días de sol», según ha resumido la conselleira.
El valor medio de las temperaturas se situó en los 19 grados, lo que resulta una anomalía de -0,66 grados respecto al periodo de referencia para el conjunto de la comunidad y hace que se considere como frío y que haya que echar la vista atrás casi una década para encontrar un precedente similar.
La media de las máximas se situó en los 23,2 grados mientras la de las mínimas fue de 12,4 grados. Las temperaturas alcanzaron medias «normales», según la consellería, en puntos de Ourense, Lugo y el norte de A Coruña, mientras que las zonas afectadas por el suroeste y el paso de las borrascas, Pontevedra y sur de A Coruña, fueron las que estuvieron por debajo de lo esperado.
La titular de Medio Ambiente ha indicado que la radiación solar estuvo «muy por debajo» de la registrada en julio de 2020, cuando se superó por mucho la media, lo que aumenta la sensación de mal tiempo.
El periodo más cálido del mes se dio a lo largo de tres jornadas, 15, 16 y 17 de julio, con noches tropicales en puntos del litoral y temperaturas que fueron ascendiendo hasta tocar los 40 en puntos aislados del interior.
Fue, en general, un mes seco, debido a que los frentes que llegaron no fueron muy activos, y alcanzó valores normales únicamente en puntos de Pontevedra y del sur de A Coruña. De hecho, las precipitaciones estuvieron un 51% por debajo del valor climático normal.
Así, la lluvia media acumulada fue de 23,6 litros por metro cuadrado y las medias fueron más elevadas en el oeste de Galicia con valores próximos a los 120 litros por metro cuadrado en la comarca de O Xallas, en O Barbanza y en el ayuntamiento de Cuntis; mientras que los valores más bajos se dieron en gran parte de la provincia de Ourense, con localidades en las que no se registró precipitación.
Debido a esta situación, ha valorado que la calidad del aire es buena, ya que las nubes limpian la atmósfera de las emisiones que pueda haber.
«El ozono se forma por interacción de la radiación solar con los contaminantes del tráfico, la industria, las calefacciones. Sin la radiación, el ozono no se va a formar, por lo que no tenemos que estar pendientes ni dar avisos a la población», ha expuesto Nuria Gallego, del servicio de calidad ambiental.
AGOSTO
Sobre agosto, «empieza como termina el mes de julio, con inestabilidad y escasa visibilidad», ha constatado Ángeles Vázquez. Habrá que esperar hasta la próxima semana para verificar si se registra una mejoría, ha añadido.
Desde Meteogalicia, María Souto ha incidido en que julio estuvo marcado por la presencia de nubes bajas y nieblas, pero poca precipitación.
En cualquier caso, ha puntualizado que hubo menos radiación solar en Galicia en julio de 2018 que este julio, si bien el de 2020 fue «anormalmente alto».
Para agosto y septiembre, ha advertido de que las predicciones a largo plazo «fallan», por lo que se ha centrado en que «lo que queda de semana se va a continuar con tiempo húmedo, con temperaturas bajas para la época del año y precipitación, escasa» y «a partir de la próxima parece que se anima un poco el anticiclón y la tendencia es tirar hacia un tiempo más seco». La previsión es «que vengan los vientos del norte, del verano en Galicia, y permitan un ascenso de las temperaturas».
Souto ha ratificado que «parece que hay una tendencia» en los últimos años hacia meses de septiembre y octubre con «valores por encima de la media en temperaturas», pero ha agregado que por ahora esto no tiene «ningún valor estadístico».
Por último, cuestionada por la campaña de alto riesgo de incendios forestales (competencia de Medio Rural), la responsable de Medio Ambiente ha indicado que por ahora el número es «bajo» y no hay fuegos «tan grandes» como otros años, también por el trabajo de los servicios de prevención y extinción.