Agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil han detenido a uno de los narcotraficantes más importantes del norte de España, que era aliado del clan de los ‘Charlines’, según ha señalado este miércoles el delegado del Gobierno de Castilla y León, Javier Izquierdo.
Izquierdo, quien se ha desplazado hasta la capital burgalesa ante la magnitud de la operación, ha comparecido junto al inspector jefe de la Brigada Provincial de la Policía Nacional, José Manuel del Barco, y el capital de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil en el País Vasco, José González.
La detención se ha producido en el marco de una operación conjunta de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y ha permitido la desarticulación de una banda criminal en activo, que tenía al frente a un narcotraficante burgalés.
El cabecilla, con estrechos contactos con el clan de los ‘Charlines’, se encargaba de la distribución de la cocaína de delincuentes gallegos en Castilla y León, Madrid, País Vasco y Navarra, además de distribuir marihuana, hachís y drogas sintéticas.
Los arrestados, un total de ocho personas residentes en Burgos, Navarra, Madrid y Valencia, controlaban en Madrid uno de los mayores puntos de distribución de cocaína a nivel nacional.
La operación ha permitido, además, la intervención de 20 kilos de speed, cinco kilos de MDMA, 300 kilos de hachís, 57 kilos de cocaína, 50 kilos de marihuana, dos kilos de anfetaminas y medio kilo de ketamina.
INVESTIGACIÓN
Las investigaciones comenzaron a principios de 2020, cuando agentes de la Policía Nacional detectaron en Burgos una serie de reuniones entre miembros del clan de los Charlines y varias personas de la ciudad vinculadas al mundo del narcotráfico.
De las investigaciones realizadas se supo que quien se encontraba detrás de los narcotraficantes burgaleses era un viejo conocido de la Policía Nacional con un abultado historial delictivo.
Tras varias detenciones, regresó a Burgos con el objetivo de reconstruir su organización, para lo que pactó una alianza con dicho clan, que le permitiría distribuir en exclusiva su mercancía en la provincia.
El responsable de la organización aún mantenía contactos con los principales narcotraficantes de la ciudad, así como en Navarra y País Vasco donde contaba con un socio importante con capacidad para distribuir una gran cantidad de estupefaciente en el mercado.
Este nuevo socio era un narcotraficante navarro que estaba siendo investigado por la Guardia Civil, por lo que se puso en marcha una investigación conjunta centrándose la Policía Nacional en la rama burgalesa y la Guardia Civil en la rama de Navarra y el País Vasco.
A lo largo del pasado año, se fue reconstruyendo la operativa criminal de la organización ahora desarticulada, que consistía en mover la cocaína y otras drogas recibidas desde diferentes organizaciones criminales a un garaje situado en la localidad madrileña de San Sebastián de los Reyes, que servía como punto de abastecimiento central.
DISTRIBUCIÓN
Desde allí, una parte importante de la mercancía era transportada a una nave industrial de la ciudad de Burgos y a dos garajes situados en las localidades vascas de Ibarra y Ordizia, reconvertidos en laboratorios, donde la droga era almacenada, cortada y preparada para su distribución al por menor.
La organización contaba para todo ello con una gran flota de 20 vehículos, mayoritariamente de alta gama, varios de ellos con compartimentos estancos para ocultar dinero o mercancía, así como de avanzados equipos de transmisiones e inhibidores de frecuencia.
El dispositivo desplegado, en el que participó más de una treintena de agentes, logró interceptar los vehículos que transportaban la droga y, posteriormente, se practicaron varios registros en los domicilios y laboratorios que tenían en Burgos, Navarra y País Vasco, con un total de ocho detenciones.