Greenpeace aplaude la decisión de la Xunta de Galicia de prohibir temporalmente las nuevas plantaciones de eucalipto, de forma que considera que «abre la puerta al fin de la conflictividad» respecto a esta especie en las últimas décadas.
Así, dice que ve con «esperanza» el nuevo escenario que comienza a partir de ahora para alcanzar un mayor consenso y diversidad de enfoques en la planificación forestal.
«Había un elefante en la habitación del sector forestal gallego y han decidido hablar de él. La aceptación de la propuesta de moratoria por parte de la mayoría de actores sociales y económicos es un reconocimiento implícito de que había un problema», sostiene el coordinador de Greenpeace en Galicia, Manoel Santos.
«Solo se pueden superar décadas de conflictividad con un conocimiento preciso sobre el estado de los recursos forestales, en cantidad y calidad, y teniendo en cuenta el impacto del eucalipto sobre la biodiversidad, dentro y fuera de las plantaciones y actuando en consecuencia», agrega.
Por ello, Santos valora que «es un paso en la buena dirección, una buena noticia no sólo para el movimiento ecologista, también para el mundo académico, la industria forestal y la cadena de valor de la madera.»
Remarca que la decisión anunciada el pasado jueves por el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, «sigue los pasos de la vecina Portugal, cuyo Gobierno decretó una moratoria al eucalipto en 2017 en aras de una planificación forestal y económica más racional». Igualmente, se recoge la demanda del movimiento ecologista gallego e ibérico que durante muchas décadas ha batallado por evitar males mayores ante «la eucaliptización» del territorio.
Entre otras cuestiones, se apunta a la investigación publicada por Nature a comienzos de 2021, el cual recoge que «el cuadrante noroeste de la península ibérica aparece fuertemente antropizado, en parte debido a la expansión de las plantaciones del eucalipto». Al respecto, reclama una medida similar de suspensión de plantaciones en Asturias, Cantabria y País Vasco.
RANGO DE LEY
Con todo, urge a dar a esta moratoria un rango de ley para que sea más garantista «y no ocurra lo mismo que con el plan forestal de 1992, cuyas previsiones en lo referente a la superficie ocupada por el eucalipto fueron ampliamente superadas».
Además, reclama datos actualizados del inventario forestal gallego para tomar decisiones «en base a datos científicos».