Bomberos de Ourense han hecho pública una nueva denuncia sobre la precaria situación en la que se encuentra el servicio de extinción de incendios de la ciudad y han subrayado que es un momento crítico y que «el primer responsable es el alcalde».
Así, el cuerpo de bomberos ha apuntado que la principal preocupación del parque radica en la carencia de personal dado que no cuentan con el mínimo para garantizar dos intervenciones simultáneas, ya que para ellos serían necesarias al menos 12 personas por turno y actualmente cubren el servicio ocho y, en algunos casos, siete personas.
Al respecto, este jueves han explicado que los turnos de la plantilla se dividen en cuatro, en este momento, y cada uno de ellos dispone de 11 personas, a excepción del último turno que cuenta con 12. En total hay 45 personas en la plantilla, cuando, aseveran, «las ideales para que funcionase correctamente el parque serían 60».
Además, añaden que aunque cuenten 11 por turno, la media del personal en época de vacaciones o en esta situación de pandemia ha sido de entre siete y ocho personas que «hace imposible» garantizar la seguridad tanto física de los bomberos como «de los ciudadanos».
SIN PROTOCOLOS
Asimismo, ponen el foco en la necesidad de tener un protocolo para incorporar al personal fuera de servicio puesto que, de ser necesario realizar una intervención de urgencia o varias al mismo tiempo, no disponen de un plan para ello.
Y han destacado que, en esos casos, tienen que acudir «por voluntad propia» sin que haya algo estipulado. Para ejemplificarlo han indicado que en los casos de incendio grave «todo el turno tiene que desplazarse ya no se puede garantizar otra intervención».
No es el único protocolo del que lamentan su no existencia, ya que han expuesto que «la situación es tan precaria» que tampoco cuentan con un protocolo para accidentes, rastreos en el río, rescates o «cualquier tipo de siniestro», así como tampoco para aprovechar los recursos humanos «dada la falta de personal para los cambios de turno o en los turnos de bajas y vacaciones».
Los bomberos ourensanos también lamentan que no existe un protocolo para la formación ni para las prácticas, «cada turno hace prácticas si el responsable del servicio en ese día lo considera oportuno». En cuanto al responsable de servicio también subrayan que «ese puesto lleva vacante más de cuatro años y actualmente lo realiza el oficial».
Amancio Rodríguez, uno de los cabos de los bomberos, ha asegurado que «los protocolos son los mismos que hace 30 años y el parque necesita actualizarse para no ser derrumbado».
CARENCIA DE MEDIOS
A la falta de protocolos y personal suman la ausencia de material adecuado, sobre lo que aseveran que, debido a la antigüedad, el parque móvil sufre averías cada poco tiempo que «en algunos casos tardan demasiados meses en repararse o no llega a suceder» y ponen de ejemplo que no tienen un vehículo forestal.
Otro de los ejemplos de las deficiencias del material se refiere a la última embarcación, incorporada al parque hace escasamente un año, y empleada para los rescates en el río. Al respecto, censuran que ha estado inutilizada desde junio del año pasado hasta ese mes de enero—cuando dos miembros del equipo se quedaron atrapados en el río mientras ejercían una operación de búsqueda porque el agua entraba en el motor—.
También se quejan de que uno de sus vehículos tiene la bomba de agua estropeada desde el mes de junio y continúa sin arreglarse. «Es preocupante puesto que es el que se utilizó durante la primera ola de la pandemia para desinfectar colegios de menores y centros de salud y, por tanto, ya no se han hecho esos trabajos ni durante la segunda ola ni en esta tercera», han manifestado.
En este sentido, han afirmado que «tampoco se cumplen las medidas anti covid» en el propio parque de bomberos; «no se ha reforzado la limpieza y desinfección de las instalaciones y no se hace PCR el personal a no ser que el orden en las autoridades sanitarias por algún contacto con positivos», lamentan.
Por todo ello, por parte de la sección sindical de Comisiones Obreras en el Ayuntamiento de Ourense han reclamado, entre otras reivindicaciones, la contratación urgente de personal, el desarrollo de la oferta pública de empleo, la convocatoria de la mesa de compras para la contratación de material y la creación de un protocolo de actuación en caso de emergencias.
Con todo, han censurado que «el principal responsable es el alcalde». «Parecía que había un intercambio, un avance, que nos entendíamos y seguimos igual», han criticado. Al tiempo, han asegurado que volverían a manifestarse, pero admiten que «no es el momento para que los bomberos abandonen su labor» y, además, han recordado, «la última fue una huelga de hambre». «Ya poco más se puede hacer», han concluido.