La mujer a la que, presuntamente, su hija asfixió en A Coruña en 2019 había intentado suicidarse varias veces, según declaró un sacerdote cercano a la familia, que ha explicado que la acusada no tuvo una infancia «fácil» y que vivió «apartada y aislada».
Así lo ha relatado en el juicio, con jurado, que se celebra en la Audiencia Provincial de A Coruña y que ha continuado con la declaración de miembros de la comisión judicial que acudieron al desahucio fijado para el 25 de marzo de ese año por impago de alquiler.
Dos de ellas explicaron que había una nota en una estancia de la entrada. Una de ellas señaló que al pensar que podía ser un suicidio dieron aviso a la Policía. Los agentes explicaron, por su parte, que encontraron a la víctima tendida en el suelo y tapada parcialmente por una manta.
«La casa estaba muy sucia», explicó uno de ellos sobre lo que vieron en la vivienda. Otro apuntó que había envases de medicamentos vacíos encima de un frigorífico, cuestión en la que ha incidido la abogada de la defensa en sus preguntas a los testigos.
Entre ellos, han estado también un sacerdote cercano a la familia que ha atribuido al padre un carácter «muy difícil» y apuntó que se llegó a hablar de «malos tratos». «Es una niña herida por todo lo que vivió», ha dicho sobre la acusada y las circunstancias familiares.
Los vecinos, por su parte, aseguraron que nunca escucharon gritos procedentes de la vivienda. Una de ellas dijo que la procesada a veces hablaba del hermano «como si estuviera vivo». «Cuidaba mucho a su madre», han relatado también. «Había complicidad entre madre e hija», expuso el sacerdote.
SOLICITUD DE PENAS
Por un delito de homicidio, la Fiscalía solicita 14 años de cárcel. En su escrito de calificación, afirma que dos días antes del desahucio «bien como desenlace de una discusión entre la acusada y su madre derivada del inminente abandono de la casa o bien porque la primera quisiese desprenderse de la carga personal que suponía su madre en la nueva vida que tenía pensado iniciar», presuntamente, asfixió a su progenitora con «un cojín o una almohada».
Por su parte, la defensa argumenta que la procesada tiene un trastorno mental y que los hechos son constitutivos de un homicidio imprudente o, subsidiariamente, auxilio de suicido.