El rector de la Universidade de Santiago de Compostela (USC), Antonio López, y el gerente y responsable de covid-19, Javier Ferreira, han presentado este martes el balance del inicio del curso 2020-2021, cuyo primer periodo está a punto de finalizar. Así, han valorado como «muy positivo» este arranque, dada la «anormal» situación experimentada por la comunidad educativa debido a la pandemia de coronavirus.
En rueda de prensa, Antonio López ha comentado que el objetivo principal era demostrar que docencia y medidas de seguridad –respecto a la covid-19–, son compatibles, «y se ha conseguido». «Adaptamos los espacios y los procesos a una nueva realidad en un tiempo récord, tomando las medidas aprobadas por la conferencia sectorial de educación, 1,5 metros de distancia entre alumnos y mascarillas obligatorias, en muy poco tiempo», ha destacado el rector de la USC.
Antonio López ha indicado que otra de las metas era «garantizar la máxima presencialidad posible» y ha destacado que esta ha sido total en un 20% de las titulaciones. En el resto, ha señalado el rector, se le ha dado preferencia a los alumnos de nuevo ingreso.
El rector ha apuntado, además, que las pruebas de evaluación presenciales, programadas para enero, se realizarán tal y como están previstas, «siempre que las restricciones lo permitan». Con todo, ha recordado que el comité de seguimiento de la universidad compostelana tiene prevista una reunión para el 7 de enero, «en la que se contemplarán todos los escenarios».
Respecto a los contagios entre los universitarios, Antonio López ha defendido que los protocolos, tanto en los centros docentes como en las residencias, han funcionado muy bien y, aunque ha reconocido que ha habido contagios, «menos que los registrados en la sociedad en general», con una tasa de positividad del 0,80%.
«Los picos máximos de incidencia se registraron a finales de octubre, coincidiendo con los cribados masivos realizados por la universidad en los que fueron convocados 22.000 estudiantes y con 14.000 pruebas realizadas», ha indicado el rector, que ha destacado la participación de la comunidad universitaria.
También en esta línea se ha expresado el gerente y responsable covid-19 de la USC, Javier Ferreira, que ha agradecido el comportamiento «ejemplar» de los estudiantes, a pesar de la «culpabilización» a la que se han visto sometidos. «Todo esto no podría haber sido sin ellos», ha afirmado Ferreira, que ha destacado que las incidencias han sido «ínfimas» y que ha resumido el curso 2020 como «normalidad plena en una situación anormal».
AYUDAS PARA MITIGAR LOS EFECTOS DE LA COVID-19
Javier Ferreira ha confirmado que la oficina covid-19 y demás organismos para la gestión de los efectos de la pandemia entre la comunidad universitaria, continuarán en funcionamiento durante 2021. Estas oficinas, ha explicado el rector de la USC, han recibido más de 8.000 consultas entre correos electrónicos y llamadas telefónicas.
Por su parte, Antonio López ha destacado que, además de la adecuada docencia universitaria, otro de los objetivos contemplados era mitigar «las consecuencias sociales y económicas» de la pandemia en los estudiantes y sus familias, así como suavizar los problemas derivados de la brecha tecnológica.
Para ello, la Universidade de Santiago de Compostela, convocó diversas líneas de ayuda relacionadas con la conectividad y los equipos técnicos. Además, 127 estudiantes se han beneficiado de los bonos comedor, con los que también, ha explicado el rector, «se apoya a las cafeterías y comedores universitarios, afectados por la pandemia».
Antonio López ha reconocido que la crisis provocada por el coronavirus no sólo ha afectado a los estudiantes, también a la universidad, que ha tenido que reforzar la digitalización de las facultades –red wifi y aplicaciones– para compatibilizar la actividad docente presencial y no presencial. «Ahora mismo, disponemos de 170 aulas plenamente adaptadas digitalmente», ha señalado el rector, que ha destacado que seguirán en esa línea el próximo año.