Alcoa y los sindicatos de la fábrica de Cervo están llamados este jueves a un acto de conciliación previo al juicio por la demanda contra el despido colectivo que afecta a 524 trabajadores de la planta de aluminio de A Mariña de Lugo.
La sala de lo social del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) fijó el juicio para las 9,30 horas de este jueves, y las partes han sido citadas antes, a las 9,15 horas, al acto de conciliación.
El comité de empresa confía en que de la conciliación pueda salir «algo nuevo» con respecto a la actitud que mantiene la multinacional desde hace meses.
Por su parte, fuentes de la compañía consultadas por Europa Press evitan «especular» con lo que limitan a una «hipótesis», que sería llegar a ese acuerdo que evitase el juicio.
En caso de no avenencia, el acto de juicio comenzará a las 9,30 horas. La empresa insiste en que «el despido colectivo es necesario a causa de los factores estructurales permanentes que impactan en la planta de aluminio de San Cibrao, que han hecho que no sea competitiva».
Defiende, en contra de lo que denuncian trabajadores, Gobierno y Xunta, que ha actuado «de buena fe y de acuerdo con las normativas aplicables en el proceso de despido colectivo».
Y añade que «ha priorizado el diálogo, realizando grandes esfuerzos desde el pasado mes de mayo para llegar al mejor acuerdo con los representantes de los trabajadores ante una situación insostenible», pero advierte de que «todas las ofertas fueron rechazadas».
Por su parte, los sindicatos con representación en el comité de empresa, que preside CC.OO., basan su posición, precisamente, en la denuncia de «mala fe» por parte de Alcoa, a la que acusan de no haber negociado durante el periodo de consultas del despido colectivo.
Confían, por ello, en que los magistrados les den la razón y lo declaren nulo, según advirtió la abogada de Comisiones María Veiga este martes en declaraciones a Europa Press, puesto que existen precedentes de expedientes que han sido tumbados por la justicia por esa «falta de negociación».
Además, aseguran que las causas estructurales a las que apela la firma no existen, puesto que la demanda de aluminio está al alza, asegura el comité, y el precio de la electricidad es el más bajo de los últimos años.
Tras un largo proceso de negociación, Alcoa rechazó vender la factoría a Liberty House primero y a la sociedad estatal de participaciones industriales (SEPI) después.
Los despidos todavía no han sido comunicados a los empleados, a la espera de lo que determine el TSXG, que en días pasados impidió a la empresa parar las cubas de electrolisis, precisamente, para dar garantías a una eventual reincorporación de los trabajadores en caso de que el ERE sea declarado nulo.
DEMANDA POR AVILÉS Y A CORUÑA
Por otra parte, Alcoa interpuso una demanda, según indica, el pasado verano, relacionada con la venta de las plantas de Avilés y A Coruña al Grupo Parter Capital en julio de 2019.
El acuerdo de venta de las acciones de las dos compañías «incluía determinadas obligaciones» que Alcoa cree que Parter «ha incumplido», por lo que solicita al tribunal «que confirme que así es».
«La venta de Avilés y A Coruña a Parter se realizó mediante un proceso de venta transparente, conocido por los sindicatos y supervisado por el Gobierno», afirma la multinacional.
Por su parte, el portavoz de los trabajadores de Alui Ibérica en A Coruña, Juan Carlos Corbacho, critica que «quien elige a Parter es Alcoa» y cree que la empresa «pretende lavarse las manos» cuando «es clara culpable» de la situación que afrontan ambas fábricas.
«Precocinó todo lo que está pasando, incluso la llegada de Grupo Riesgo (actual propietario). Aquí no se da puntada sin hilo», resuelve este representante, que asegura que los nuevos dueños están «vaciando la planta».