Un consorcio internacional de 17 centros de investigación de varios países, en el que ha participado el investigador de la USC Adrián Regos, ha publicado un estudio en la prestigiosa revista ‘Science’ sobre las consecuencias de los grandes incendios en los ecosistemas terrestres.
Una de las principales conclusiones de la investigación es que el cambio en el régimen de incendios, con la proliferación de grandes fuegos a escala mundial, amenaza con extinguir algunas especies, perjudicar la biodiversidad y modificar los ecosistemas.
El equipo de 27 científicos que ha elaborado el documento ‘Fire and biodiversity in the Anthropocene’ ha alertado de que los grandes incendios forestales serán un «desafío social y ambiental sin precedentes», que requieren nuevas estrategias y una «revolución» en la gestión del fuego.
«Los cambios en el uso del suelo y la introducción de especies invasoras están modificando el régimen de incendios y su impacto sobre la biodiversidad», ha señalado Adrián Regos, quien ha añadido que esta transformación está afectando «a más de 4.400 especies y hábitats que dependen, en gran medida, de sus patrones temporales y espaciales».
ESPECIES AMENAZADAS
Los investigadores, que han revisado casi 30.000 especies en riesgo de extinción, ha advertido de que al menos el 15 por ciento de ellas se verán amenazadas por la modificación del régimen de incendios.
Una mayor actividad del fuego puede perjudicar a las especies que no son capaces de adaptarse a los cambios pero, ha señalado Regos, la disminución de esa actividad también puede implicar la reducción de hábitats clave para muchas especies.
Por ello, en esta investigación se ha señalado que esos cambios deben ser tenidos en cuenta a la hora de planificar la conservación de la biodiversidad. Así, el riesgo de extinción de especies asociado a la alteración del régimen de incendios es mayor en la sabana (un 27 %) que en otros ecosistemas, como los bosques (un 19 %).
En el estudio también se proponen acciones para promover la biodiversidad en la era de los ‘megaincendios’ y el cambio climático. Así, se plantea gestionar «activamente» el fuego para adaptarlo a especies y ecosistemas; se pide abordar el problema desde una perspectiva «más holística (abordado en su conjunto) y no solo de gestión»; y se reclama tener en cuenta el papel crítico de las comunidades locales.
«Restaurar y promover paisajes agropastoriles tradicionales crea oportunidades para equilibrar la biodiversidad con otros valores socioeconómicos», han apuntado, y han sugerido «aprender de la gestión de la población local e indígena, y promover la gestión colaborativa». «La gestión con fuego controlado y restablecer quemas de carácter cultural en un contexto moderno mejorarían la biodiversidad y el bienestar humano», han señalado.
«NUEVA GOBERNANZA»
Por otra parte, han recalcado que, dado que los cambios crearán «conflictos» entre los objetivos ambientales y sociales, las aportaciones científicas «serán cruciales para tomar decisiones adecuadas», y han apostado por una «nueva gobernanza» para afrontar los desafíos futuros.
En ese sentido, los investigadores han apostado por instituciones «más eficaces» a nivel internacional y nacional, para promover la conservación de la biodiversidad y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. A nivel local, Adrián Regos ha apuntado la necesidad de conseguir «el tipo correcto de fuegos» en los paisajes que lo necesiten, lo que requiere de «alianzas y redes para construir y aplicar el conocimiento».