Las sedes del Banco de Alimentos de la provincia de Lugo registran una mayor afluencia debido a la crisis causada por la pandemia de la Covid-19 y atienden a unas 1.500 familias.
Según han informado por parte de esta entidad, las denominadas «colas del hambre» vuelven a ser habituales ante las delegaciones del Banco de Alimentos en A Mariña, Monforte de Lemos y en la ciudad de Lugo.
En la primera oleada fue muy habitual ver esas largas filas para recoger comida y ahora se repite, según ha puesto de relieve la presidenta del Banco de Alimentos, Amadora Núñez.
Si bien no se está produciendo «con tanta magnitud», Amadora Núñez advierte de que se va «camino de ello». «No sé qué va a pasar, mucha gente se ha quedado sin trabajo, sin ERTE, se ha quedado sin nada y están desesperados y es normal. Volvemos a ver personas que tenían su propio negocio y esto da mucho miedo», ha lamentado.
Así, se pregunta «hasta cuando» se puede «mantener este pulso con la desgracia». Ha explicado que ahora «no» se pueden hacer «operaciones kilo» y las que se llevan a cabo tienen que ser «online». «Las empresas llevan mucho tiempo colaborando y hasta cuando. Esto me da miedo», ha abundado.
El Banco de Alimentos, en sus tres sedes, atiende a «unas 1.500 familias», más de 800 en la ciudad de Lugo. «Llegamos a pasar de las 2.000 familias, pero cada semana hay más gente sin nada, desesperada y que vienen a buscar comida, como cuando comenzó la pandemia, ya se acercan aquí sobre treinta o cincuenta familias», en la jornada que se abre al público, ha detallado.
Son sobre veinte toneladas de alimentos los que se despachan a la semana y «los viernes» es cuando una mayor concentración de personas se produce a las puertas del banco, ha puntualizado. «Sobre todo a partir de las cuatro de la tarde en que nos vienen gente de los pueblos; de Vilalba, Lourenzá, Pastoriza, Quiroga, Sarria, Láncara y Páramo», ha apuntado, entre otros ayuntamientos de la provincia de Lugo.