Penalización a los propietarios de tierras abandonadas. Es una de las medidas que propone el Foro Económico de Galicia, tanto para superficies con potencial agroganadero como para aquellos con aptitud forestal para avanzar hacia un monte gallego «del siglo XXI».
El informe ‘O monte galego do século XXI’ ha sido presentado este miércoles por el director del Foro, Santiago Lago, y uno de sus autores, Edelmiro López, quien, junto a Albino Prada, firma un estudio que, entre otras cuestiones, recomienda prestar atención al impulso de nuevos usos de la madera.
Estos nuevos usos los vincula con «las posibilidades abiertas por las innovaciones tecnológicas» y las aconseja «contando como elemento de arrastre inicial con la aplicación en proyectos del sector público».
También aboga por la «recuperación, a través de mecanismos fiscales, de rentas procedentes de las concesiones hidroeléctricas o eólicas, para revertirlas en inversiones productivas y de protección en las tierra de monte».
Para ello plantea un fondo forestal o fondo de promoción de un monte sostenible, «que debería ser gestionado en principio por la Xunta, pudiendo contar también con la implicación de los ayuntamientos y otras entidades».
POTENCIAL AGROGANADERO Y APTITUD FORESTAL
Para el monte particular con potencial agroganadero, el documento también apuesta por una reforma de la normativa sobre arrendamientos rústicos, «reactivación» del Banco de Terras, impulso de la fórmula de los polígonos agroforestales, modificación de los apoyos a las inversiones de las explotaciones agrarias y utilización de los pagos agroambientales y otras ayudas para estimular esa reorientación de los sistemas productivos.
Mientras, para las tierras de monte particular de aptitud forestal, señala al impulso de otras figuras o fórmulas de gestión en común de las superficies forestales «que complementen» las sociedades de fomento forestal, al tratamiento fiscal «adecuado» para las rentas obtenidas de la producción forestal, a la reforma de los apoyos públicos a las inversiones forestales y al apoyo a las iniciativas empresariales en otras actividades complementarias de la forestal.
MONTES VECINALES EN MANO COMÚN
También analiza la situación de los montes vecinales de mano común, para los que requiere un nuevo marco legal que, «consolidando la propiedad vecinal, favorezca en mayor medida la puesta en producción de las tierras».
Pide una reforma de la política de convenios/consorcios, para que «la intervención directa de la Xunta se centre en los montes abandonados o con mayores valores ambientales a proteger», y medidas específicas para los abandonados con «la implicación» del Banco de Terras.
«Muchas veces el monte es visto más como un problema que como una oportunidad, cuando tiene un enorme potencial y han de tener cabida usos muy diversos», ha llamado la atención Edelmiro López.