La empresa Explotaciones Gallegas, propietaria de los terrenos de la antigua mina de Touro y responsable de la ejecución de la restauración ambiental de la zona, ha afirmado este viernes que el plan ha logrado «una importante recuperación» en los 20 años que lleva en marcha y que la compañía está sometida a «un control constante» por parte de las administraciones.
Así lo ha dicho en respuesta a las afirmaciones del BNG, que este viernes denunció en rueda de prensa que hay un depósito «incontrolado» de residuos en la antigua cantera por parte de la empresa Tratamientos Ecológicos del Noroeste –que forma parte del actual centro de valorización ubicado en los terrenos– y que este provoca un problema por la «pestilencia».
La empresa hace referencia en su respuesta al plan de regeneración elaborado hace más de 20 años, «aprobado por la Consellería de Medio Ambiente» y que es «un ejemplo mundial» y se ha «exportado» para otras restauraciones. El terreno está ahora cubierto por «una gran masa vegetal» y «se ha logrado mejorar la calidad de las aguas de los ríos del entorno» hasta alcanzar los objetivos del Plan Hidrológico de Galicia».
La antigua mina, recuerda, fue explotada por Riotinto y años después compró los terrenos Explotaciones Gallegas. Como propietaria de la finca y responsable de ejecutar el plan de restauración ambiental está sometida a «control constante» de las administraciones, al igual que otras empresas que elaboran tecnosoles, que es el caso de Tratamientos Ecológicos del Noroeste.
La empresa recuerda que miembros del BNG visitaron ya los terrenos de la antigua mina y ha sugerido que vuelvan al lugar, una invitación que hacen extensiva a «todos los partidos, vecinos y sociedad civil».
El Centro de Valorización Ambiental de Touro-O Pino ocupa en la actualidad lo que antes era la mina de Touro y está formada por cuatro empresas: Explotaciones Gallegas, dedicada a la producción de áridos; TYRMA, especializada en reciclaje de plástico flexible; CVAN, centrada en innovación y Tratamientos Ecológicos del Noroeste, especializada en gestión de residuos.
Esta última, con la que se relacionan las denuncias del BNG, gestiona residuos no peligrosos como lodos de depuradoras, cenizas de calderas de biomasa o escorias «generados por la comunidad gallega». Produce tecnosoles, utilizados para restaurar suelos degradados.