La Guardia Civil ha desarticulado un grupo organizado dedicado a perpetrar burtos en centros comerciales del sur de la provincia de Pontevedra y de norte de Portugal, en un operativo bautizado como ‘Bispo 1’, en el que han sido detenidas cuatro personas y otras dos están investigadas.
Según ha informado la Comandancia de Pontevedra, los implicados tenían en el punto de mira las áreas empresariales y comerciales del entorno de Vigo, y alternaban sus lugares de residencia entre la ciudad olívica y el municipio fronterizo de Tui, con el fin de facilitar sus desplazamientos y evitar ser localizados.
Las investigaciones fueron llevadas a cabo por agentes del puesto de Baiona-Nigrán y llevaron a la identificación de seis personas, cuatro de ellas fueron detenidas y otras dos investigadas, en total, dos hombres y cuatro mujeres.
Este grupo delictivo, que no dudaba en actuar con violencia (en uno de los episodios más graves llegaron a atropellar a un vigilante del centro comercial As Nasas de Nigrán), se desplazaba a los centros comerciales más concurridos del sur de la provincia y del norte de Portugal, utilizando vehículos de ‘renting’, que cambiaban periódicamente.
Los varones eran los encargados de conducir y permanecían a la espera en el exterior de los centros comerciales, mientras que las mujeres entraban en los establecimientos para sustraer ropa, comida o pequeños electrodomésticos, aprovechando la afluencia de clientes, que complicaba la vigilancia del personal de seguridad. Si eran descubiertas, se enfrentaban a los empleados, con empujones y amenazas.
Las pesquisas policiales, incluyendo el análisis de las imágenes grabadas por cámaras de seguridad y las vigilancias discretas realizadas por la Guardia Civil, permitieron identificar a los miembros de este grupo.
Así, los agentes pudieron también localizar las viviendas ocupadas por los delincuentes y los vehículos que empleaban, además de confirmar la conexión entre distintos hurtos.
Según han informado desde la Comandancia, los investigadores comprobaron que el grupo actuaba de forma reiterada y planificada, moviéndose entre España y Portugal, lo que exigió una continua coordinación con otras unidades policiales y con los propios establecimientos afectados por los hurtos.
Gracias a ese trabajo conjunto se pudieron esclarecer 11 delitos de hurto, y se pudo constatar que varios implicados tenían órdenes judiciales de averiguación de domicilio dictadas por distintos juzgados de Vigo y Santiago. Además, a uno de ellos se le imputa un delito contra la seguridad de tráfico y conducción temeraria, y a otro un delito de amenazas.
Las diligencias practicadas fueron remitidas al juzgado de instrucción 4 de Vigo, aunque la operación policial continúa abierta y no se descartan nuevas actuaciones o conexión con otros casos similares.

