El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de A Coruña prosigue la investigación sobre el episodio de contaminación del agua de Corme, que causó un brote de gastroenteritis en el municipio de Ponteceso el pasado mes de septiembre y que apunta al estado deficitario de la infraestructura y su «mala gestión».
Así lo han confirmado fuentes consultadas por Europa Press, que han indicado que la Guardia Civil aguarda un informe relativo a una analítica, así como que la causa recaiga en un juzgado de Instrucción, ya que correspondió inicialmente al de guardia.
De este modo, los investigadores están a la espera de recibir un informe relativo a un análisis epidemiológico y de si el juzgado ordena nuevas diligencias en el marco de estas pesquisas.
En concreto hay cinco personas investigadas como presuntas autoras de un delito contra la salud pública y otro contra los recursos naturales y el medio ambiente, dos de ellas de la empresa de gestión del agua en Ponteceso.
Los hechos ocurrieron a finales del pasado mes de septiembre tras un brote de gastroenteritis en la localidad de Corme, a raíz de la contaminación de las aguas de abastecimiento de Corme Porto-Ponteceso.
AVERÍAS CONSECUTIVAS
La contaminación, han subrayado las mismas fuentes, ha sido «desencadenada por tres averías consecutivas los días 18, 19 y 21 de septiembre de 2019 que provocaron cortes de varias horas en la red de agua potable», señaló el Instituto Armado.
La Guardia Civil en el marco de la investigación ha logrado la identificación de «dos focos diferentes de contaminación cuya acción combinada originó el episodio de gastroenteritis que afecto a centenares de vecinos de la localidad», ha subrayado.
La investigación se centra en el estado de la infraestructura y en su gestión, al tiempo que fuentes consultadas han incidido en que el Ayuntamiento de Ponteceso ha realizado «todas las gestiones para solucionar el problema y saber de dónde partía» el foco de contaminación.