La Policía Local de Lugo ha denunciado a cuatro jóvenes por orinar contra la Catedral de la capital luguesa, por lo que han sido propuestos para sanción de 900 euros cada uno.
Según ha informado la Policía Local, en la madrugada del sábado al domingo 31 de octubre efectivos del Grupo Operativo Nocturno sorprendieron a cuatro jóvenes orinando contra la Catedral.
Por ello, tramitó actas de denuncia por infracción a la normativa gallega de residuos, por lo que han sido propuestos para sanción de 900 euros cada uno.
Por otra parte, a las 2,20 horas del pasado domingo agentes municipales realizaron una inspección en un local de hostelería ubicado en la Rolda Xosé Castiñeira que fue denunciado por usar un equipo musical pese a tener prohibida por su licencia la utilización de equipos de reproducción musical.
Además, fue denunciado por infracción a la Ley de Salud de Galicia por incumplir el horario de cierre establecido para la 1,30 horas, indica la Policía Local, ya que había en el interior «unas 25 personas consumiendo bebidas» y con el equipo de música en funcionamiento sin tener autorización administrativa.
Además, fue identificada la persona responsable del local, una camarera y, cuando procedían a hacer lo mismo con una segunda camarera, las compañeras manifestaron que se había marchado, pero los policías comprobaron que seguía en el establecimiento, «escondida en el cuarto de limpieza».
Así, los agentes comprobaron que esta persona se encontraba trabajando de forma irregular, por lo que tramitaron acta de denuncia por infracción a la Ley de Seguridad Social para su traslado a Inspección de Trabajo.
OTRO LOCAL
A las 2,15 horas del lunes día 1 de noviembre la Policía Local intervino en otro local en la Rúa Nova que estaba con gente en el interior pese a tener que estar cerrado a la 1,30 horas.
Los agentes constataron que había personas que consumían bebidas dentro. Tras llamar a la puerta y no abrir, una vez cesó el ruido el responsable del local abrió e indicó que estaba solo.
En la inspección del local la Policía municipal descubrió detrás de la barra una puerta en el suelo que lleva a un sótano y, tras abrirla, hallaron escondidos a siete clientes, que fueron desalojados e identificados.