La Guardia Civil de Tráfico interceptó el pasado miércoles a un joven de 29 años que circulaba en patinete eléctrico por la vía interurbana N-550, en el término municipal de Pontevedra.
Además, el varón, un vecino de la ciudad, llevaba puestos unos auriculares conectados a un aparato reproductor y, al ser requerido para realizar el test de drogas, se comprobó que daba positivo en la prueba indiciaria –pendiente de que se confirme en laboratorio–, según relata el Instituto Armado.
A raíz de este suceso, el Subsector de Tráfico de la Guardia Civil de Pontevedra recuerda que estos vehículos son «de movilidad propia», por lo que «no pueden circular por las vías interurbanas, travesías, autopistas y autovías que transcurran por poblaciones, así como tampoco por túneles urbanos, aceras y zonas peatonales», salvo que esté regulado por el Ayuntamiento correspondiente.
En casos como el del joven pontevedrés que circulaba por la N-550, está prevista una sanción de 500 euros, además de la inmovilización y el depósito del patinete eléctrico.
Tráfico también advierte que los conductores de estos vehículos deben cumplir las normas de circulación «como el resto», por lo que pueden ser sometidos a las pruebas de alcoholemia y drogas y no pueden utilizar auriculares ni el teléfono móvil.