Una mujer víctima de una supuesta violación en el baño de un pub de Ourense ha declarado que su agresor, que está en libertad, le «bajó los pantalones y las bragas» para después violarla, por lo que interpuso una denuncia que más tarde retiró ya que pensaba que así «cerraba la puerta» de lo sucedido, en medio de «amenazas de amigos en común».

Fiscalía reclama nueve años y medio de prisión para el acusado –quien se ha acogido este jueves a su derecho a no declarar–, y la defensa, la libre absolución, en un caso que continuó tramitando la propia acusación pública tras la renuncia de la mujer, al considerar la historia creíble en base a las lesiones y a los informes periciales.

En la primera jornada de la vista oral del juicio –continuará el martes–, celebrado este jueves por la mañana en la Audiencia Provincial de Ourense, la afectada ha recordado que ella y el varón acudieron al baño para esnifar «una raya» de cocaína, y que este –al que ya conocía– «se balanceó» sobre ella y le «intentó manosear los pechos», pero, a pesar de negarse rotundamente ante todo, el acusado la habría finalmente penetrado «vaginalmente» –no recordaba si analmente también, hecho que sí sustenta Fiscalía y los forenses–.

«El acusado la inmovilizó contra la pared colocándole el antebrazo en el cuello, mientras con la otra mano le bajaba el pantalón elástico y las bragas, y la penetró vaginalmente estando ambos de pie, para posteriormente darle la vuelta violentamente motivando que tropezase y se apoyase en la parte de arriba de la taza del baño, penetrándole esta vez analmente», refleja el escrito del Ministerio Público.

La mujer ha admitido que «no recordaba todo» porque sufrió «un golpe» en el transcurso de los hechos, una «eternidad» para ella, sucedidos en junio del 2017, tras lo que quedó «en shock o inconsciente», ha señalado.

«Él salió del baño –más tarde fue interceptado en la calle por la Policía mientras corría para escapar– y yo estaba tirada en el suelo, las chicas –dos testigos– me dijeron que (el hombre) tenía la bragueta abierta», ha referido la perjudicada, quien ha explicado además que le «costó» defenderse de la presunta agresión porque por entonces «no estaba bien»: «Estaba con un tratamiento psiquiátrico», ha alegado.

A pesar de gritar en el baño, «nadie» la «escuchó», según ella, al «estar la música del local muy alta», expone el documento fiscal.

Con todo, la víctima, en su declaración de noviembre del 2018, aseguró que había tenido relaciones con otra persona y no deseaba ser reconocida por el forense tras retirar la denuncia, y no quería reclamar nada. Este jueves ha admitido que lo hizo porque pensaba que así «cerraba la puerta de esto».

Además, la mujer ha manifestado que recibió «amenazas de amigos en común»: «Iban a atacarme a mí y a mi familia».

PRESENCIA DE SEMEN

Los médicos forenses encargados del caso han afirmado este jueves que «se detectaron restos de semen» compatibles con el agresor en las muestras anales de la perjudicada. En las vaginales particularmente se observó «la presencia de una mezcla que no se puede descartar» que sea parte del procesado –la perjudicada había tenido relaciones sexuales recientemente con otra persona–.

Los policías que intervinieron tras el suceso, que también han prestado declaración en la vista oral de este jueves, han coincidido en que la víctima «estaba muy nerviosa, con ansiedad y llorando», y que esta le había trasladado a un agente que había sido penetrada «vaginalmente y analmente», además de haber sido «agredida sexualmente».

Por su parte, uno de los doctores que atendió a la chica en el hospital de Ourense ha afirmado que «estaba un poco desorientada» porque «primero decía una cosa y, al momento, otra», y ha constatado que presentaba «lesiones en codos, brazo derecho y rodilla izquierda» de «carácter leve», así como «quemaduras (de cigarrillo) en el muslo izquierdo». Igualmente ha relatado que «no» vio «ninguna lesión» concerniente a una «agresión sexual», pero ha puntualizado que esto no quiere decir que la relación fuera o no consentida.

Finalmente, también ha atestiguado una de las mujeres que vio tirada en el suelo del baño del pub a la afectada, quien ha afirmado que escuchó «ruidos, pero nada en concreto» y ha recordado que le había dado «la sensación de que estaban haciendo fuerza» contra la puerta, la cual «empujaron (ella y una amiga) un rato» hasta que pudieron «abrirla»: «Ella (por la víctima) me dijo que sí la habían forzado (sexualmente)», aunque «no fue capaz de hablar hasta pasados dos o tres minutos», ha concluido.

La defensa se acoge a las «contradicciones» de la mujer, a la retirada de la denuncia y a la declaración sobre la exploración genital del forense para reclamar la libre absolución de su patrocinado, que permanece en libertad.

El Ministerio Público, por su parte, pide nueve años y medio de cárcel y una pena de alejamiento sobre la chica, su domicilio y su lugar de trabajo a una distancia de 250 metros durante 10 años por un delito de violación con agravante de género.

El martes está previsto que finalice este juicio con el testimonio de una testigo y las conclusiones de las partes, antes de quedar visto para sentencia.