Las oposiciones de profesorado se celebrarán en el año 2021. Tras semanas de incógnitas sobre un proceso que se había aplazado en todos los territorios del Estado salvo en Galicia, la conselleira de Educación, Universidade e Formación Profesional, Carmen Pomar, ha anunciado este miércoles que, finalmente, las pruebas selectivas de acceso a los cuerpos docentes pasarán al próximo ejercicio.
Así lo ha avanzado durante su comparecencia en la Diputación Permanente del Parlamento gallego, en la que también ha garantizado el blindaje de las plazas ofertadas. Pomar ha defendido el papel protagonizado por la Xunta a lo largo de las últimas semanas, en las que tanto ella como el propio presidente autonómico, Alberto Núñez Feijóo, reiteraron su intención de mantener el proceso y agotar los plazos por «respeto» al trabajo diario de los opositores.
No obstante, ha negado con rotundidad un cambio de postura al respecto durante este periodo, a pesar de que en un primer momento la Consellería de Educación había vinculado la decisión definitiva sobre mantener o no la OPE a la prolongación del estado de alarma por parte del Ejecutivo de Pedro Sánchez más allá del 11 de abril.
Educación insistió de nuevo en mantener el proceso, entre las críticas de los representantes sindicales del profesorado, alegando que los plazos permitían todavía una hipotética celebración de las oposiciones en función de la evolución de la pandemia.
Pomar ha justificado ahora este aplazamiento, entre reproches al Gobierno central, por la «falta de certezas», de datos epidemiológicos por territorios y en la nueva prolongación del estado de alarma más allá del 26 de abril.
ANTICIPACIÓN
Todo ello como parte de un discurso en el que Pomar ha reiterado y defendido la anticipación del Gobierno gallego ante la crisis, desde la suspensión de la actividad lectiva presencial a partir de 16 de marzo y la asistencia voluntaria del alumnado el viernes anterior (el día 13). El Gobierno central decretó el estado de alarma el sábado 14, y con ello la suspensión de las clases en todo el territorio nacional.
Estos primeros días también estuvieron marcados por la polémica debido a la obligatoriedad de la presencia del profesorado y equipos directivos en los centros, una decisión que se rectificó en fechas posteriores con varias instrucciones y tras la protesta de los sindicatos educativos, que llegaron a protagonizar un encierro en la sede autonómica.
Carmen Pomar ha destacado la apuesta de Galicia «no partió de cero» para afrontar el confinamiento obligatorio gracias a la digitalización de los centros en los últimos 10 años, con la extensión del libro electrónico, la plataforma E-Dixital, y el programa Abalar. Esto se ha visto reforzado con la dotación de equipos a más de 7.500 alumnos, entre los repartidos por Educación con conexión gratuita a Internet y los Centros de Formación y Recursos a través de las jefaturas territoriales.
Además, ha anunciado la distribución a partir de esta semana de otros 1.750 ordenadores y ha recordado los 3 millones en ayudas para usuarios de comedores escolares gestionados directamente por la Xunta, que beneficiarán a 30.159 escolares. También ha señalado que este jueves está prevista una reunión telemática con las organizaciones más representativas de las ANPA y los sindicatos educativos.
CRÍTICAS AL ESTADO
Por otro lado, ha incidido en el trabajo de coordinación con los directores de los centros de cara a las evaluaciones, facilitar instrucciones para desarrollar el trabajo diario y con la CIUG, las universidades y el Ministerio de Educación para fijar las nuevas fechas de la ABAU (la selectividad), que se celebrará el 7,8 y 9 de julio, y el 15, 16 y 17 de septiembre en su convocatoria extraordinaria.
En este punto, Pomar ha insistido en la «lealtad institucional» mantenida con el Gobierno central, aunque se ha mostrado crítica con el ministerio dirigido por Isabel Celaá por eludir su «responsabilidad» tras dejar de la mano de las comunidades sus competencias para fijar los criterios de promoción del alumnado y los requisitos para titular, una cuestión que espera que se rectifique tras las alegaciones presentadas por la Xunta.
IMPROVISACIÓN
Los portavoces de la oposición reprocharon a lo largo del debate la «improvisación» y la actitud «errática» de Educación en la gestión de la crisis provocada por la COVID-19.
Desde el grupo mixto, Davide Rodríguez criticó las «instrucciones lacónicas» ofrecidas a los centros y exigió «claridad» al respecto de las evaluaciones, la disposición de medios a los alumnos con necesidades y para ejercer sus «plenas» competencias.
La portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, reprochó tanto «la falta de certezas» como «de acierto» del departamento de Pomar además de la ausencia de una «mesa de diálogo» con la comunidad educativa. Por otro lado, puso de relevo los problemas motivados por la «brecha digital», y pidió a la Xunta que dejase de «echar balones fuera» con las becas y las ayudas, solicitando que se aclaren las perspectivas de cara al fin de curso y el próximo ejercicio.
«MALTRATO INAUDITO»
Luca Chao, del Grupo Común da Esquerda, denunció el «maltrato inaudito» a los opositores y reclamó «empatía» a la Xunta con la comunidad educativa, sobre todo ante la «angustia» de muchas familias que se quedaron sin sustento económico. En este sentido, pidió medidas de apoyo «específicas» y actuaciones para paliar la brecha digital.
Finalmente, Gonzalo Caballero (PSdeG) exigió a la Xunta que abandone «el discurso de la anticipación fingida» para impulsar un mapa de necesidades por cada centro educativo que permita tomar medidas y atender los recursos necesarios y al alumnado con necesidades especiales, además de «una previsión de futuro» tanto para la digitalización del alumnado, el refuerzo de programas de comedores y la posibilidad de nuevos rebrotes del coronavirus.
ARRIMAR EL HOMBRO
Desde el Grupo Popular, Pedro Puy ha defendido que Galicia afrontó esta crisis con un sistema educativo «en buen momento de salud» y la «fuerte apuesta» por las nuevas tecnologías», y ha advertido a la oposición que «no es el mejor día» para hablar de improvisación tras las rectificaciones del Gobierno central sobre los permisos para salir a la calle a menores de 14 años.
Pomar ha insistido en que «no es tiempo de reproches», sino de «arrimar el hombro» y en la «anticipación» de la Xunta para afrontar las consecuencias de la pandemia y en el trabajo y el «esfuerzo» desarrollado por su departamento.