El grupo municipal Marea de Vigo ha valorado este miércoles, tras hacer un primer análisis del borrador del nuevo Plan General de Ordenación Municipal (PGOM), que este planeamiento es «menos especulativo» que el de 2008 –anulado por el Tribunal Supremo–, aunque ha precisado que los cambios introducidos en el documento tienen que ver con obligaciones normativas, debido a la modificación de la Ley del Suelo, y no son «decisión» del alcalde de la ciudad, Abel Caballero.
Así lo ha trasladado el portavoz del grupo, Rubén Pérez, en una comparecencia telemática en la que ha criticado que el regidor pretenda «anotarse» como decisiones propias la ampliación de zonas verdes, la reducción de las proyecciones para nuevas viviendas o la desaparición de iniciativas como Porto Cabral o la Ronda.
A ese respecto, el portavoz de Marea ha recordado que el gobierno municipal no solo no expresó su voluntad de introducir esos cambios con anterioridad, sino que trató de «rescatar la integridad» del plan anulado con el informe del catedrático Luciano Parejo.
Rubén Pérez, quien ha vuelto a insistir en la necesidad de convocar una «comisión del planeamiento» para que los grupos puedan intercambiar impresiones y «confrontar» ideas con el equipo redactor, ha advertido de que es necesario aclarar si, una vez remitido el borrador a la Xunta, se inicia el plazo de dos meses para que la administración autonómica se pronuncie sobre los criterios de evaluación ambiental.
A ese respecto, Marea de Vigo ha advertido de que es posible que el plazo no empiece a contar todavía, dado que los procedimientos administrativos están paralizados debido al estado de alarma.
En todo caso, el portavoz de este grupo ha apuntado que los documentos del borrador están firmados con fecha de noviembre pasado, y ha afeado al gobierno vigués que haya tardado cinco meses en remitirlos a la Xunta. «Queda claro que los tiempos están pensados para la confrontación y la política de barro», ha lamentado y ha advertido: «Querer aprobar este PGOM como un paseo militar, es volver a cometer los mismos errores que en 2008».