La flota gallega reclama que se destinen ayudas para poder salir a faenar ante la caída de ventas y precios durante el estado de alarma, con el fin de que no haya que recurrir a un ERTE masivo y se produzca un desabastecimiento de los mercados.
En declaraciones a Europa Press, el responsable de las cofradías de la provincia de A Coruña, Daniel Formoso, admite que «no es bueno» desabastecer los mercados, pero la flota «no puede aguantar» esta situación, por lo que muchos barcos evalúan suspender la actividad ya que no pueden permitirse faenar para tener pérdidas. Ante esta problemática, ven necesaria una «compensación» con el fin de poder salir al mar.
Aunque por el momento no tiene conocimiento de presentación de ERTE en cofradías en la provincia, señala que barcos de los pósitos del norte de la provincia han comenzado a amarrar. A esto se suma que se prevé que este mismo viernes se puedan acabar las toneladas previstas para pesca dirigida de caballa en A Coruña.
También llama la atención sobre que, pese al desplome de precios, ese descenso no llega al consumidor, pues «como siempre» el intermediario se queda «con la parte más grande» del beneficio.
En la ría de Pontevedra, la paralización del marisqueo es un hecho debido al cierre de la restauración. A modo de ejemplo, en Lourizán el marisqueo a flote y a pie se cerró en la tercera semana de marzo. La patrona mayor, María del Carmen Vázquez, explica que se pide el cese de la actividad, aunque los requerimientos para hacerlo son complejos.
El grupo de acción local (GALP) Ría de Pontevedra lamenta que un sector «esencial» como proveedor de alimentos de primera necesidad «sigue trabajando en unas condiciones que ni garantizan la seguridad de las personas ni los sueldos». «Sin un repunte de precios en el horizonte más de uno piensa en amarrar porque no les compensa seguir arriesgándose», asegura.
Hasta el rey Felipe VI se interesó el jueves por el impacto del COVID-19 en la pesca gallega, en una videoconferencia mantenida con el presidente de la cofradías de Galicia, José Antonio Pérez Sieira.
LA XUNTA DEMANDA UNA REFORMA DEL FONDO EUROPEO
Por su parte, la conselleira do Mar, Rosa Quintana, ha hecho un llamamiento a una reforma inmediata del Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP) para que los afectados por la crisis del coronavirus de la cadena mar-industria puedan acogerse a medidas de paralización temporal de la actividad.
Quintana ha remitido una carta este viernes al ministro de Agricultura, Luis Planas, en la que le muestra su apoyo frente a las medidas «insuficientes e ineficaces» hechas por la Comisión Europea para la cadena mar-industria ante el COVID-19, por lo que solicita una respuesta efectiva de la UE para un sector fundamental que suministra alimentos en estos momentos.
Así, la Xunta propone apoyos al sector pesquero como beneficios fiscales para empresas del sector o una rebaja de índices o módulos aplicables a las actividades pesquera, marisquera y acuícola. A esto se suma la petición de una bonificación del 100% en las cuotas de Seguridad Social mientras esté en vigor el estado de alarma, considerándose como cotizado el tiempo que dure esta situación.
El Gobierno gallego también aboga por líneas de crédito que cubran las problemáticas surgidas por el impacto del coronavirus como la ausencia de actividad o la pérdida de ingresos por tasas de las entidades gestoras de centros de primera venta.
¿HABRÁ DESABASTECIMIENTO?
Ante esta situación, en la que puede haber un amarre generalizado de la flota se abre la cuestión de si puede haber falta de pescados en los mercados.
«Si hay desabastecimiento o no dependerá de si los compradores siguen comprando», explica a Europa Press el presidente de la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores y patrón mayor de Burela, Basilio Otero, quien remarca el descenso de las ventas en lonjas.
Coincide en la necesidad de que se apueste por ayudas para mantener la actividad, pero explica que hay que tener en cuenta que es posible que la flota tenga que parar por «causa de fuerza mayor». Y «si tienen que parar, ese paro tiene que ser con garantías». Y es que se pagan las capturas en primera venta «muchísimo más baratas que en situaciones normales».
Apunta que la campaña de la caballa aporta «algo más de tranquilidad», pero con el agotamiento de las cuotas «van a ser muchos más» los afectados por los paros.
Además, Otero indica que «cada vez hay más miedo entre las tripulaciones» a salir a faenar por el peligro de contagio, dadas las dificultades para mantener distancias en las tareas en barcos.
TEST A TRIPULANTES
Precisamente, sobre esta situación la Asociación Española de Titulados Náutico Pesqueros (Aetinape) censura que es «una temeridad» que en plena alerta sanitaria el Ministerio de Pesca delegue en los patrones de los buques embarcar a tripulantes con «una simple comprobación verbal».
En un comunicado, exige, tanto a la Secretaría General de Pesca, al Instituto Social de la Marina y a la Dirección General de la Marina Mercante que los trabajadores del mar sean sometidos a un análisis sanitario a través del test del coronavirus, «con todas las garantías», antes de embarcar.