Ayuntamientos, entidades sociales y asociaciones trabajan sin descanso estos días de alerta sanitaria para evitar que los más vulnerables puedan quedarse sin elementos básicos, una labor en la que en los últimos días se ha evidenciado la importancia de las redes vecinales de voluntarios que se prestan a proporcionar alimentos, medicinas o contacto social a aquellas personas mayores o con problemas de movilidad que viven solas y que deben permanecer confinadas en sus casas.

En Galicia, con una población especialmente envejecida y, en particular, aislada en el rural, los servicios que garantizan el proporcionar a estas personas los elementos que puedan necesitar mientras dure el estado de alarma se hacen especialmente necesarios.

El objetivo es que ninguna persona, por cuestiones como dificultades de movilidad o la reducción del transporte público, se quede sin productos esenciales, así como evitar que las personas mayores o enfermas, que son población de riesgo para esta pandemia, tengan que salir a la calle y se expongan al contagio del coronavirus.

Desde los Ayuntamientos, a través de los Servicios Sociales, Axuda no Fogar o Protección Civil; y entidades sociales se hace hincapié en que, antes de abandonar el aislamiento, se recurra a este tipo de propuestas. Además, en los últimos días, numerosas asociaciones de vecinos y personas a título individual han colgado carteles en edificios y calles para hacer saber a sus vecinos mayores que pueden hacer la compra o ir a la farmacia por ellos.

No menos importante es la labor que estas redes ciudadanas y vecinales están teniendo en el acompañamiento social. Entre otras cosas, se ofrecen a hablar por teléfono con los mayores que viven solos, saludarlos desde las ventanas o patios y, en definitiva, identificar y estar pendientes de aquellas personas que pasan más desapercibidas en una situación como la actual.

LOS AYUNTAMIENTOS, PENDIENTES

Los gobiernos de las ciudades gallegas han habilitado ya teléfonos y grupos especiales para las personas que necesiten ayuda con elementos básicos, unas peticiones que se canalizarán a través de los servicios de Protección Civil, Cáritas o Servicios Sociales.

Por ejemplo, en el caso de Ferrol, permanecen operativos los números 981 944 230 y 981 944 234, y, en Ourense, se han habilitado cuatro líneas, el 988 388 133 –en horario de mañana–, y los móviles 667 840 635, 667 840 646 y 667 890 737, en horario de mañana y tarde.

En el caso de Vigo, se ha habilitado una web para que todas las personas que quieran ofrecerse voluntariamente para colaborar con el reparto de productos o entregar bienes o suministros para estos colectivos se inscriban. Los vigueses que lo necesiten pueden llamar a través del 010. Según informó el regidor, Abel Caballero, el lunes ya se prestaron 11 de estos servicios y el martes por la mañana ascendían a 15.

También en A Coruña se ha habilitado un sistema de voluntariado para este tipo de servicios y repartos, una opción que reunió a 500 voluntarios en solo un día, y en Lugo, a mayores, se ha instaurado un servicio de recogida a domicilio de basura para infectados por Covid-19, que debe solicitarse en el 092. En Santiago, donde inciden en la importancia de que los voluntarios mantengan las medidas de prevención, esta ayuda se canaliza a través de Protección Civil y Cruz Roja.

Sin embargo, no solo los grandes municipios han activado este tipo de iniciativas, que se encuentran también en localidades de mediano tamaño y, especialmente, en ayuntamientos rurales, donde la posibilidad de movilidad de las personas mayores es más difícil.

En Ares (A Coruña), por ejemplo, se han reforzado los servicios sociales para dar cobertura a estas peticiones, que se realizarán por los teléfonos 981448354 y 689242596; mientras que Ponteareas (Pontevedra) o Bergondo (A Coruña) han puesto en marcha un equipo de voluntariado para «hacer la compra, llevar medicinas o tirar la basura» a la gente mayor.

En Sanxenxo, los vecinos que se encuentren en situación de necesidad podrán llamar al teléfono de emergencias, 986 720 000, durante las 24 horas, para pedir algún trámite urgente, mientras que Mos ha habilitado dos teléfonos 986 331 200 (por las mañanas) y 986 337 453 (por las tardes) para el mismo fin. Los usuarios en este último caso deben ser mayores de 70 años, personas con movilidad reducida o dependientes.

El municipio lucense de Sober realiza ya desde hace días transporte de productos de primera necesidad, alimentos o medicinas a vecinos mayores o dependientes a través de Protección Civil y en Valga (Pontevedra) puede solicitarse a través de los teléfonos 986 55 94 56 y 659 06 37 14.

Mientras tanto, otros como Nigrán han activado un servicio de asistencia a personas en especial riesgo, que vivan solas o no tengan medios, para proporcionarles tanto elementos de primera necesidad como libros, revistas o DVD. En O Rosal, por su parte, se ha hecho un llamamiento a los vecinos para que ayuden a la población más vunerable y, sobre todo, para que den aviso en caso de detectar alguna persona que necesite ayuda o atención.

REDES VECINALES

Además de esta ayuda organizada desde las instituciones, la situación generada por el estado de alarma y la recomendación a toda la población para que permanezca en sus domicilios ha aflorado una importante red de solidaridad desde asociaciones, entidades vecinales y particulares que, desde el primer momento, llamaron la atención sobre la necesidad de proteger y ayudar a los mayores y dependientes.

En Santiago, por ejemplo, el Centro Cultural de Ensanche ‘Raigame’ ha habilitado el teléfono 698 190 793 para que las personas que no pueden salir a la calle soliciten ayuda, algo que también se canaliza desde la asociación vecinal As Marías en los teléfonos 690 617 573 y 619 336 848, y por parte del espacio vecinal del Barrio de Sar, en el teléfono 680 592 636.

Otros colectivos y redes de apoyo mutuo han extendido iniciativas colaborativas por varias ciudades, dividiendo los efectivos por barrios, para que los ciudadanos tengan una persona de referencia de proximidad con la que contactar si necesitan ayuda de este tipo. Además de grupos de Télegram, Whatsapp o Facebook, se solicita a las personas interesadas en prestar este servicio que coloquen carteles en sus edificios con sus contactos para facilitar que las personas mayores que allí viven los vean.

Además de gestiones urgentes, compra de alimentos o medicinas o ayuda para bajar la basura, estas redes vecinales proponen mantener «el contacto» a distancia con los vecinos mayores que viven solos o dependientes, que se les salude por las ventanas o se hable por los patios de luces con el objetivo de mitigar también su soledad.

Pero no en todos los casos la ayuda se organiza a través de una asociación, si no que también puede ser individual. Colgar un cartel ofreciendo su ayuda a los muchos vecinos mayores y dependientes que viven en su edificio fue lo que hizo Roque, un ilustrador que reside en la zona coruñesa de Os Mallos y que, ante la cantidad de personas pertenecientes a grupos de riesgo que hay en su edificio, ha decidido ofrecerse en caso de que necesiten ayuda de primera necesidad.