Los veranos extremos se están alargando y la tendencia podría acelerarse, según una investigación internacional en la que participa Armand Hernández, investigador en el Grupo de Investigación en Cambio Ambiental (GRICA) del Centro Interdisciplinar de Química y Biología de la Universidade da Coruña (UDC).
Se trata de una investigación publicada en la revista Nature Communications, titulada ‘Consistent response of European summers to the latitudinal temperature gradient over the Holocene’.
En ella, se señala que la tendencia de Europa hacia veranos más largos e intensos refleja condiciones ocurridas hace 6.000 años, cuando causas naturales extendieron la estación cálida hasta casi 200 días.
«Hoy en día, esos mismos mecanismos están siendo intensificados por el calentamiento global, lo que podría añadir hasta 40 días adicionales de verano en 2100, con profundas consecuencias para la agricultura, los ecosistemas y la vida cotidiana en el continente», expone.
Un equipo internacional de científicos liderado por la doctora Celia Martín-Puertas, de la Royal Holloway University of London, y en el que participa el investigador del CICA, Armand Hernández, recurrió a un archivo geológico de la historia climática: antiguas capas de fango acumuladas en el fondo de lagos europeos.
Estos sedimentos, que se depositan de forma estacional, actúan como «calendarios climáticos naturales» y registran cómo han cambiado los veranos y los inviernos durante los últimos 10.000 años, recoge el estudio.

