Investigadores alertan de «un desmantelamiento planificado» del Centro de Investigacións Agrarias de Mabegondo (CIAM) por parte de la Xunta que compromete su continuidad.
Un total de seis investigadores –María Bande, María Isabel García, Adrián Botana, Álvaro García, Roberto Besteiro y Santiago Crecente– firman un comunicado en el que advierten de «un futuro totalmente incierto para la investigación agraria» en Galicia.
En concreto, recientemente se resolvió un concurso de traslados de funcionarios de la Xuntra en la escala de ingenieros agrónomos, el cual afectó de forma «muy negativa» al CIAM al irse estos seis investigadores –cinco de los cuales llevaban más de 15 años trabajando en líneas investigadoras del centro–, que definen la marcha como «voluntariamente forzosa» por la situación «insostenible» del centro de Mabegondo.
«La grave falta de cobertura de plazas que sufre el CIAM desde hace años arrastra muchas dificultades para ejercer la labor investigadora, en la medida en que muchas líneas de investigación eran unipersonales, lo cual dificulta enormemente el acceso a proyectos competitivos, donde normalmente se requieren grupos de investigación consolidados con varias personas. Asimismo, las jefaturas de departamento están desapareciendo, sin explicación ninguna al personal del centro», denuncian.
Advierten de situaciones en las que los investigadores tuvieron que abordar tareas de campo para «poder mantener los proyectos en marcha, o simplemente para que los animales tuvieran los cuidados básicos, pues el personal de campo se encontraba sobrepasado por el trabajo».
Tachan de «preocupante» la presencia en el centro de equipaciones de campo y laboratorio «totalmente obsoletas». Relatan que «recientemente se produjo un accidente laboral grave con una máquina que no se encontraba en condiciones adecuadas». «De hecho, eso desembocó en que se precintara una parte importante de la maquinaria del centro que tampoco cumplía», explican. Otro ejemplo que ponen es la sala de ordeño del CIAM, que data del año 1994, «quedando totalmente anticuada respecto de los sistemas modernos ya implantados en las explotaciones del rural». También apuntan a cuadras «muy antiguas» que «no cumplen con las medidas de bienestar animal».
A esto suman «una gestión autoritaria desde instancias de Agacal (Axencia Galega da Calidade Alimentaria)», con «una asignación de los recursos interesada y poco clara».
Ante de esta situación, los investigadores que participaron en el traslado explican que se ven abocados a la marcha porque «el estímulo para seguir en el CIAM era muy bajo» y ante su situación de «desmantelamiento».

