La familia de la niña de 5 años que denunció la situación de «acoso» que vivió en su colegio, el centro concertado Monterrey de Vigo, ha criticado este viernes la inacción del propio colegio y ha exigido responsabilidades a la dirección y a los profesores.
Los padres de la menor han participado en una concentración que ha tenido lugar frente al centro educativo y han matizado que ellos se enteraron de la situación gracias a que una estudiante informó a sus padres y esta familia les trasladó lo que ocurría. «Es triste que nos hayamos enterado por otra niña, y no porque el colegio nos hubiera informado», han criticado y han explicado que, tras conocer los hechos, fueron ellos quienes solicitaron al colegio que activase el protocolo para casos de acoso y denunciaron ante la Inspección Educativa.
Esta familia mantiene que, en contra de lo que sostiene el colegio, la situación que afectó a su hija durante al menos dos semanas, no fue un simple problema de convivencia o de comportamientos violentos, sino un claro caso de acoso escolar.
Su hija está en primer curso de Primaria y, según han detallado, un grupo de alumnos de sexto curso «la arrastraban por el suelo, la subían a árboles, la dejaban allí, con sudaderas le tapaban la cabeza y hacían como si fuera un saco de boxeo, muchas agresiones — también verbalmente –, le hacían comer hojas, …».
«El centro dice que fue violencia, pero la diferencia entre violencia y acoso creo que la sabemos todo el mundo. Estamos hablando de hechos reiterados, estamos hablando de abuso de poder y que son humillaciones, son vejaciones, es decir, se cumplen todos los patrones del acoso», ha señalado la madre de la niña, que ha asegurado que se han abierto otros tres expedientes en ese colegio por otros tantos supuestos casos.
SIN MEDIDAS DESDE EL PRINCIPIO
Asimismo, han lamentado que haya profesores e incluso otros padres que reduzcan los hechos a «cosas de niños», y han calificado como «preocupante» que no se hayan tomado medidas desde el principio, porque sí hubo alumnos que informaron al centro de lo que estaba pasando.
Por ello, han reconocido que existe una «desconfianza» de ellos y de otras familias hacia el colegio, sobre si los niños y niñas estarán seguros, y han exigido medidas y adopción de responsabilidades para que esta situación no se repita.
Finalmente, han explicado que desconocen las medidas que se han adoptado con respecto a los supuestos acosadores, después de que la Consellería de Educación haya informado de la apertura, por parte del colegio, de cinco «procedimientos correctores con sanciones».
«Gracias a Dios, nuestra hija tiene un carácter fuerte, y al final lo interpretaba como un juego. Hemos hablado con ella para que sepa que eso no está bien (…)», han señalado, y han insistido en que, «si se mira hacia otro lado» y no se toman medidas, «se están creando agresores en potencia».
Los padres de la niña afectada han aclarado que su deseo con esta denuncia pública no es la «venganza». «Lo único que queremos es justicia y estar tranquilos, poder dejar a nuestros hijos», han remarcado, y han apelado a la labor de los profesores y educadores, que tienen responsabilidad sobre los niños cuando están en el colegio, al tiempo que han lamentado que el centro se haya limitado a pedir perdón «pero no a reconocer sus fallos» y que falte «formación» para actuar en estos casos.
Finalmente, también han censurado algunas acciones llevadas a cabo por el centro, como pedir a su hija en clase que señalase a sus agresores, «que le doblan la edad», o que «en su propia clase la hagan levantarse para contar a sus compañeros qué le han hecho». «Creo que mi hija de 5 años no tiene que pasar ese trago», han zanjado el padre.Y después me dicen que crea que el protocolo se ha ajustado bien. No, yo no. No, porque ya con esos fallos para mí son imperdonables. No tienen formación.
MANIFIESTO
En la concentración ante el colegio, una portavoz de la familia ha leído un manifiesto «por la dignidad y la protección de la infancia», en el que, además de relatar los hechos que han afectado a esta niña, las familias han criticado que se haya «cerrado el caso aplicando un procedimiento corrector interno, como si una agresión física y reiterada a una menor de cinco años fuese algo menor» y han advertido que «lo que presentan como medidas (la vigilancia y control) es lo que debería hacerse cada día, no una actuación excepcional». «Y por eso queremos dejarlo claro: lo ocurrido sí es acoso escolar», han proclamado.
Tras denunciar que «ningún adulto» detuvo lo que ocurría en el patio con esta niña, y que el colegio no tomó las medidas adecuadas, han reclamado a la Xunta «que actúe de oficio» y que la Inspección Educativa «intervenga cuando un centro minimice una agresión, que es lo que ha ocurrido aquí».
En ese sentido, han remarcado que este caso no es aislado en el centro, y han insistido en la urgencia de actuar para que el problema no acabe en un final tráfico o en una pérdida irreparable, al tiempo que han censurado la actitud del colegio, por tomar medidas «que ponen el foco en la víctima», porque «eso no es protección, es estigmatización».

