El Juzgado de lo Penal número 7 de Valencia ha absuelto a los juzgadores del Zaragoza y del Levante del presunto amaño del partido disputado en el estadio Ciutat de València en 2011 entre ambos equipos en la última jornada de liga y en el que los aragoneses lograron evitar el descenso de categoría.
El magistrado no encuentra pruebas de que el dinero salido de las cuentas del Zarazoga fuera destinado a los jugadores del Levante por dejarse perder en el partido disputado el 21 de mayo y, por tanto, rechaza que ese encuentro fuese amañado. Así, absuelve a los 42 acusados del delito de corrupción deportiva.
Sin embargo, se ha condenado a dos directivos del club aragonés por falsedad en documento privado: el expropietario, Agapito Iglesias, y el ex director financiero Francisco Javier Porquera, según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana en su cuenta de Twitter. A cada uno de ellos les impone un año y tres meses de prisión.
El magistrado ha determinado que ambos directivos justificaron fraudulentamente la salida de 1.730.000 euros de las cuentas del Zaragoza con el pago de primas especiales a sus jugadores por lograr la permanencia en Primera División. El pago de esas primas no era real y se fingió «para ocultar la salida del dinero ante la inminente declaración de concurso de acreedores de la entidad», explica el TSJCV.
En este macrojuicio se han sentado en el banquillo 42 acusados, entre los que se encontraba el propio club aragonés, y multitud de futbolistas –gran parte de ellos ya retirados– de ambos equipos, que han sido absueltos, entre los que figuran nombres relevantes en el mundo del fútbol como el actual jugador del PSG Ander Herrera o el ex del Atlético de Madrid Gabi, que ahora milita en el Al-Sadd catarí.
Por parte del Zaragoza, además del club, figuraban como acusados el consejero Francisco José Checa; el exentrenador Javier Aguirre y el ex director deportivo Antonio Prieto; los jugadores Maurizio Lanzaro; Antonio Doblas; Paulo César da Silva; Jorge López; Ander Herrera; Braulio Nóbrega; Leonardo Daniel Ponzio; Gabriel Fernández (‘Gabi’); Carlos Andrés Diogo; Ivan Obradovic; Ikechukwu Uche; Adam Jozsef Pinter; Javier Paredes; Leo Franco; Jiri Jarosik; Nicolás Santiago Bertolo; Said Boutahar y Ángel Imanol Lafita.
En el caso del Levante, los jugadores eran Miguel Pallardó; Gustavo Adolfo Munúa; Héctor Rodas; Rafael Jordá; Rubén Suárez; Xavier Torres; Christian Ricardo Stuani; Wellington Alves; Jefferson Montero; Miguel Robusté; Javier Rodríguez Venta (Javi ‘Venta’); Manuel Reina; Felipe Caicedo; Vicente Iborra, Francisco Javier ‘Xisco’ Muñoz; Sergio Martínez Ballesteros y los conocidos como ‘Juanfran’ y ‘Cerra’.
EXPLICACIONES EN EL JUICIO
Durante la vista, exjugadores del Levante como Miguel Pallardó, Rubén Suárez y Manolo Reina coincidieron en negar que recibieran o tuvieran conocimiento de que se hiciera ningún tipo de ofrecimiento por parte del Real Zaragoza para el presunto amaño del partido y aseguraron que de hecho fue un encuentro «muy reñido» y «bastante duro».
Además, sobre el hecho de que las extracciones de dinero de sus cuentas disminuyeran en los meses posteriores al encuentro, según señalaba la Agencia Tributaria en un informe, ofrecieron explicaciones diversas. Pallardó declaró que disponía de mucho dinero en efectivo que le dieron como regalos de boda, mientras que Suárez afirmó que los ingresos de hasta 14.500 euros que se hicieron en su cuenta respondían a la devolución de un préstamo que hizo a sus padres.
La causa, que se originó a raíz de una denuncia del expresidente de laLiga Javier Tebas –que dimitió recientemente para volverse a presentar a las elecciones, llegó a juicio después de que la Audiencia de Valencia acordara reabrir una investigación cerrada en su día al considerar que existían indicios de que nueve jugadores, el técnico y el director deportivo del Zaragoza percibieron los días previos al partido una cantidad cercana al millón de euros, dinero que se sospechaba que habría terminado en manos de los jugadores procesados del Levante. El Zaragoza necesitaba ganar aquel encuentro para garantizarse la permanencia en Primera División. El equipo que descendió fue el Deportivo de La Coruña.