WWF ha advertido este lunes de que el planeta ha alcanzado un «punto de no retorno» por el Día mundial para la Reducción de los desastres naturales, que se celebra este 13 de octubre, como se recoge en el ‘Global Tipping Points Report’, un informe publicado por la organización junto a la Universidad de Exeter, en el que también ha participado la Universidade de Santiago de Compostela.
Según el informe –del que también se ha hecho eco la USC, que incide en que el mundo llega al «primer punto de no retorno»–, la regresión de estos ecosistemas es generalizada por lo que, a juicio de los autores, a menos que se revierta el calentamiento global, ecosistemas como los grandes arrecifes desaparecerán tal y como se conocen, aunque podrían sobrevivir algunas zonas refugio si se protegen «frente a amenazas como la sobrepesca o la contaminación».
Entre otros puntos de no retorno, también hacen alusión al deshielo de las capas de hielo polares, la degradación del Amazonas o el colapso de corrientes oceánicas que regulan el clima global. Además, han insistido en que «con el calentamiento global a punto de superar 1,5 °C, cada fracción de grado y cada año por encima de este umbral cuenta».
«Nos estamos acercando rápidamente a múltiples puntos de no retorno que podrían transformar nuestro mundo, con consecuencias devastadoras para las personas y la naturaleza. Esto exige una acción inmediata y sin precedentes por parte de los líderes en la COP30 y de los responsables políticos de todo el mundo», ha afirmado el profesor Tim Lenton, del Global Systems Institute de la Universidad de Exeter
Para el asesor científico jefe de WWF Reino Unido y coautor del informe, Mike Barrett, las conclusiones son «increíblemente alarmantes». «Si no actuamos de forma decidida ahora, también perderemos la selva amazónica, las capas de hielo y corrientes oceánicas vitales. En ese escenario nos enfrentaríamos a un resultado verdaderamente catastrófico para toda la humanidad», ha subrayado, al tiempo que ha añadido que «las soluciones existen y están al alcance, pero requieren valentía política y liderazgo».
Por todo ello, WWF ha llamado a la acción para frenar la emergencia climática y ha argumentado que la Convención del Pacto de Estado frente a la Emergencia Climática, que se celebra esta semana en Ponferrada, es «una oportunidad para alcanzar un consenso sobre las grandes políticas que habrá que impulsar y que permitan mitigar y adaptar España ante el contexto climático extremo actual», como ha expresado en un comunicado.
Como alerta la organización, España es uno de los países más afectados por la emergencia climática junto con otros países mediterráneos. «Lo que hemos vivido en nuestro país en los últimos meses demuestra que, independientemente de la zona en que habiten, todos los ciudadanos son víctimas potenciales de la crisis climática y que los problemas ambientales se pueden transformar de forma súbita en emergencias sociales. Por ello, desde WWF creemos que es fundamental abordar cuanto antes y desde la ciencia los impactos de la doble crisis climática y de biodiversidad sobre las personas y la naturaleza, ya que estos fenómenos serán más frecuentes en los próximos años», ha explicado el coordinador de Conservación de WWF España, Luis Suárez.
LOS GOBIERNOS «NO ESTÁN PREPARADOS»
El informe describe puntos de no retorno del sistema terrestre como una amenaza distinta a otros desafíos ambientales «por su carácter abrupto e irreversible» y sus autores aseguran que «las actuales estructuras de gobernanza no están preparadas para responder a estos riesgos, por lo que se necesita una reforma de las políticas globales y la incorporación de los impactos de estos procesos en las estrategias de adaptación, los mecanismos de pérdidas y daños, y las políticas de derechos humanos».
Según la doctora de la Universidad de Oslo, Manjana Milkoreit, «el pensamiento político actual no suele tener en cuenta los puntos de no retorno», lo que exige «trayectorias de mitigación anticipadas que reduzcan al mínimo el tiempo y la magnitud del exceso de temperatura sobre 1,5 °C». Así, ha afirmado en el comunicado que para ello es necesario «acelerar la reducción de emisiones y multiplicar las estrategias sostenibles de eliminación de dióxido de carbono».
Sin embargo, el informe ofrece una visión esperanzadora con los llamados «puntos de no retorno positivos», que pueden desencadenar transformaciones hacia la sostenibilidad, y destaca el potencial de Brasil, anfitrión de la COP30, «para liderar nuevos puntos de inflexión positivos en sectores industriales como el acero, el hidrógeno y el amoníaco verdes» y para restaurar la naturaleza mediante modelos sostenibles de producción y consumo.
El informe concluye que el futuro del planeta depende de activar «una cascada de cambios positivos cuanto antes». Además, desde WWF han insistido en que para lograrlo se requieren «políticas valientes, cooperación internacional y participación ciudadana para transformar el sistema económico y social en un modelo bajo en carbono y resiliente al clima».