El consejo de administración de la Autoridad Portuaria de A Coruña ha acordado sacar una nueva licitación del plan para diseñar la fachada marítima coruñesa tras los recursos presentados por profesionales de la Arquitectura y la resolución al respecto por parte del Tribunal Administrativo Central de Recursos Contraactuales.
«Incluye algunos cambios para facilitar el acceso del mayor número posible de equipos que quieran participar», ha expuesto el presidente de la Autoridad Portuaria, Martín Fernández Prado.
Lo ha hecho en declaraciones a los medios tras la reunión del consejo de administración en una comparecencia en la que ha estado acompañado por el concejal de Economía y Planificación Estratégica del Ayuntamiento herculino y portavoz del gobierno local, José Manuel Lage.
«No va a haber ningún tipo de retraso en los plazos que nos marcamos», ha asegurado para añadir que «en los próximos días se publicará esa licitación». Todo ello de cara a resolver el concurso en el último trimestre de 2026.
En la misma línea, Lage ha recalcado que «lo más importante es que ningún profesional de la ciudad se quedue al margen». Ha coincidido también en que «no habrá retrasos en los plazos para que en 2026 se complete la primera parte y haya una resolución».
«Para que podamos tener ya cinco propuestas definitivas», ha concretado, una cuestión «garantista» para que el plan ‘Coruña marítima’ «siga dando pasos en firme» con el objetivo de buscar «seguridad y solvencia».
RECURSOS
Esto se acuerda después de que el Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales resolviese los recursos que se habían presentado a la licitación del Máster Plan de Coruña Marítima.
En su decisión el Tribunal valida el procedimiento que se aplica para la selección de las candidaturas, solicitando únicamente que se justifiquen dos requisitos.
Los recursos habían sido presentados por el Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia, la Escuela de Arquitectura de A Coruña y un grupo de profesionales por entender que las bases, entre otras cuestiones, incluían criterios restrictivos que colocaban a los arquitectos internacionales por encima de los locales.