El cambio climático afectará a las especies productoras de frutos secos que abastecen al oso pardo cantábrico, según apunta una investigación en la que participa el profesor de la Escola Politécnica Superior de Enxeñaría del Campus de Lugo de la Universidade de Santiago de Compostela (USC), Emilio Díaz Varela.
Tal y como ha trasladado la USC en una nota de prensa, el estudio, que combina modelos de distribución de especies con proyecciones climáticas hasta el año 2100, expone que hasta un 25 % del área actualmente ocupada por el oso pardo podría quedar sin acceso a especies productoras de frutos secos a finales de siglo, mientras que la proporción de áreas con por lo menos dos especies disponibles disminuirá progresivamente.
El trabajo, que cuenta con investigadores de la Universidad de Granada, la Universidad de Oviedo y el Instituto Mixto de Investigación en Biodiversidade IMIB-CSIC, pronostica una reducción de especies atlánticas como la haya, el avellano o el roble, mientras que se expandirán especies mediterráneas como el castaño, la encina y el alcornoque.
«Nuestros modelos muestran que especies como el haya o los robles atlánticos verán reducida su presencia de forma drástica, mientras que el castaño y las encinas podrán expandirse, sobre todo en áreas occidentales y meridionales de la Cordillera Cantábrica», ha explicado el equipo investigador.
En este contexto, aunque el oso posee una gran plasticidad alimentaria y capacidad de movimiento, esta simplificación del mosaico forestal podría aumentar su dependencia de recursos menos estables y, en años de baja producción, intensificar la búsqueda de alimentos de origen humana», ha añadido.
Por ello, proponen acciones de manejo forestal para mitigar estos efectos, como la plantación de castaños en zonas estratégicas alejadas de núcleos habitados, la restauración de hábitats mixtos que combinen especies atlánticas y mediterráneas, y prácticas selvícolas.