Expertos forestales se han reunido este jueves en la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), en un foro organizado por la Fundación Pau Costa, para poner sobre la mesa siete ejes de trabajo «claves» para hacer frente a los incendios en España, entre ellos la gestión de los montes, la planificación territorial, la creación de comunidades rurales vivas, aprovechar el uso y la ecología del fuego, incidir en la educación y formación, mejorar la capacidad de respuesta y analizar escenarios futuros.
Siete ejes que ya habían sido presentados en el años 2023 en un foro organizado por la Fundación Pau Costa y la comunidad de incendios forestales. «Lamentablemente, dos años después, podemos decir que poco o nada de lo consensuado se ha llevado a cabo», ha destacado Luis Berbiela, patronato de la Fundación Pau Costa.
Berbiela ha lamentado una «falta de voluntad política» y ha señalado que «el reto de los incendios forestales es un reto de país», en el que estos ejes «deberían servir como hoja de ruta» más allá de las «disidencias políticas».
Ante las «más de 400.000 hectáreas ardidas», los expertos han insistido, especialmente, en la importancia de gestionar montes y su «inmensa» biomasa para prevenir fuegos. «Un bosque que no huele a madera olerá a humo», ha señalado Marta Corella, vicedecana del Colegio de Ingeniería Forestal y del Medio Natural.
También Arantza Pérez, vicedecana del Colegio Oficial de Ingenieros de Montes, ha destacado que el sector forestal debe ser un sector «pilar, fuerte y atractivo sobre el que todo lo demás se construye».
Ha afeado que «tan solo un 0,008% del PIB nacional» esté destinado a «gestionar, prevenir y extinguir» y ha insistido en que la gestión facilita la prevención, minimiza la «carga de combustible» disponible para arder y se convierte en la «ecuación perfecta» para «regular el ciclo hídicro» o hacer frente al «empleo rural».
PLANIFICACIÓN TERRITORIAL
También la planificación territorial es clave para evitar incendios, según ha trasladado Juan Picos, profesor de Ingeniería Forestal de la Universidad de Vigo. «Es lo único que nos permite elegir el trablero sobre el que jugamos, y hay que trabajarlo con un cierto criterio», ha explicado.
Ha incidido en la necesidad de establecer «sinergias entre administraciones» para defender la «gran magnitud» de los incendios puesto que «los recursos son y serán siempre escasos» y «la planificación permite asignarlos a donde sean óptimos».
Picos recalca que la planificación del territorio facilitará «hacer la prevención donde se debe, no donde se puede» para que «cada millón de euros» se ejecute en «donde mejor va a resultar».
COMUNIDADES RURALES VIVAS
Asimismo, Marta Corella ha subrayado la importancia de «generar bosques más resilientes» y prestar atención a comunidades rurales «inmensamente ricas en patrimonio» que «están viviendo en indigencia económica».
Ha lamentado una «injusta distribución» de los tributos del Estado ante territorios de «pocos habitantes» que «no pueden generar oportunidades de trabajo para sus pueblos». «A pesar de tener el 56% de su territorio al servicio de la sociedad, estas comunidades no computan a la hora de distribuir estos tributos», ha añadido.
Corella denuncia una sociedad «muy miope y desconocedora» de la «historia» de sus montes y sostiene que la clave es incidir en «los recursos que genera el monte». «Tenemos que tomar una gran decisión, si queremos bosques o queremos llorarlo cuando los atravesemos sobre carbono», añade.
USO Y ECOLOGÍA DEL FUEGO
También «aprender de los usos de fuego» es «clave» para influir en su prevención, según ha destacado Luis Berbiela, recurriendo a «quemas prescritas» o «quemas pastoreadas» para aumentar las «oportunidades de extinción».
Ha incidido en que «recuperar la cultura del fuego controlado es vital en el país» con «leyes que apoyen esta gestión». «tenemos que saber que vamos a convivir con el fuego, pero es mejor convivir con un fuego controlado y programado que con fuegos que nos desbordan», ha añadido.
EDUCACIÓN Y FORMACIÓN
En palabras de Ferran Dalmau, ingeniero de montes y director de Medi XXI GSA, otra de las claves es incidir en la «formación y educación» para crear «comunidades más preparadas» que «miren más» por sus ecosistemas.
Dalmau hace una petición a la comunidad educativa para «fomentar el consenso en tiempos de polarización» porque «hace más ruido un árbol que cae que un bosque que crece» y ha lamentado una sociedad que «carece de conciencia situacional». «Tenemos que empezar a ganarnos el apellido Sapiens», ha lamentado.
CAPACIDAD DE RESPUESTA
Para mejorar la capacidad de respuesta frente a las llamas, Juan Caamaño, responsable del área de Capacitación y Operaciones de la Fundación Pau Costa, ha destacado la necesidad de «crear» un «Centro de Investigación sobre el comportamiento del fuego» para adquirir «más conocimientos» que «reduzcan la incertidumbre».
Asimismo, ha insistido en «aumentar la cooperación» entre comunidades autónomas a través de un «organismo u entidad» que facilite la «coordinación entre ellas» y crear un «sistema de certificación» que influya en «esa capacidad de colaboración».
ESCENARIOS FUTUROS
Según Joaquín Ramírez, ahora es necesario asumir «incendios que an ardido con extrema intensidad» y que afectarán a la «la colmatación de embalses», «avenidas» y a territorios que ya han sido «castigados en el ámbito humano». «Lo que viene va a ser mucho pero de lo que tenemos si no lo abordamos como sociedad», ha lamentado.
Además, otra de las claves es «adaptarse al cambio climático», en palabras de Mónica Parrilla, ingeniera forestal y responsable de las campañas de incendios forestales en Greenpeace España, aunque «el cambio climático no origina», sino que «agrava las situaciones de peligrosidad de los incendios».
Señala que las condiciones meteorológicas han incidico en la realidad vigente de «abandono del rural» que ha supuesto «más cantidad de combustible», una situación que «seguirá aumentando» si «no se incide en ella».