La ola de incendios que vive la provincia de Ourense ha generado un empeoramiento en la calidad del aire, que preocupa a los habitantes. En algunos pueblos de Vilamartín de Valdeorras como Cernego o San Vicente, los vecinos salen a la calle con mascarillas. Una recomendación que subraya el neumólogo del Complejo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO), Hugo Gómez, para evitar síntomas a largo plazo.
En este contexto, Gómez ha explicado a Europa Press que los incendios desprenden compuestos orgánicos volátiles y gases tóxicos, que a través de las partículas en suspensión acceden al aparato respiratorio y «complican la vida a personas con enfermedades crónicas como asma o EPOC». Además, estas partículas acceden al torrente sanguíneo, «causando problemas a nivel respiratorio y cardíaco».
Además, ha desarrollado, en las zonas donde el aire está más contaminado, como Larouco, esto afecta incluso a pacientes sanos, causándoles tos, fatiga o falta de aire, por lo que ha subrayado que «no hay que bajar la guardia y se debe poner mascarilla tipo FFP2 o N95, como mínimo».
En esta línea, ha señalado que están llegando casos al CHUO y a los centros de salud de pacientes, especialmente del Barco, sur de Ourense y Verín, que «denotan dificultad respiratoria», así como personas asmáticas que utilizan broncodilatadores.
Gómez ha recomendado mantener los tratamientos, en el caso de personas vulnerables, y ha llamado a la responsabilidad: «que intenten no salir de casa como alertan las autoridades estos días, una adecuada hidratación y de ser necesario salir usar una mascarilla FPP2».
Preguntado por los efectos a largo plazo, el sanitario ha ampliado que este polvo contaminante queda en suspensión en la atmósfera durante «días y semanas», pudiendo transportarse más de 100 kilómetros. Por ello, los síntomas pueden manifestarse en semanas. «Un paciente en contacto habitual — como los bomberos — puede tener problemas a largo plazo porque aumenta el riesgo de tener cáncer de pulmón y en las vías respiratorias», apunta.
También, hay que tener precaución dentro de los vehículos y no encender el aire acondicionado, ya que las partículas contaminantes entran por el, y sellar las ventanas, en aquellas zonas donde el índice es peor.
Algunos guías turísticos, como Diego Carreira, ya han introducido las mascarillas en su jornada de trabajo. Así ha explicado que el jueves y el viernes empezaron a ofrecer mascarillas en los tours, y «prácticamente todo el mundo estuvo con ellas». «Hay que ser conscientes de que el aire estaba contaminado y no veías a gente con mascarillas cuando deberían llevarlas», señala.
«SIEMPRE SE INHALA HUMO»
Por su parte, el jefe de brigada de Verín Cristian Vaamonde ha expresado que como bomberos forestales, «si que se nota el haber estado expuesto al humo», ya que «inevitablemente se inhala». Aunque tienen máscaras que evita que inhales partículas, «el humo lo tragan igual».
«El uso de verdugos, o mascarillas ayuda, la diferencia se puede notar pero estrictamente hablando son ineficientes, siempre se inhala humo», explica.
Después, ha ampliado afirmando que como deportista, si que nota una «fatiga y una perdida de capacidad pulmonar a corto plazo», así como el llenado completo de pulmones que también se ve «algo mermado».
En cuanto a los vecinos, Vaamonde ha reconocido tener que recordarle a algunos vecinos el uso de mascarillas o alguna braga del cuello «para reducir tal exposición al humo».