El incendio de Oímbra, que se ha extendido por toda la comarca de Monterrei, ha dejado a vecinos de la aldea de A Caridade sin hogar, después de que el fuego alcanzase algunas de las casas de la localidad. «Esto es el infierno, lo hemos perdido todo, estamos con una mano delante y otra detrás», lamenta José Antonio, uno de los afectados.
A Caridade ha sido unos de los puntos críticos en la provincia los últimos días, con el fuego devorando viviendas, naves, coches y animales. «Esto fue dantesco, vemos los bombardeos en la televisión a Ucrania, pero no sé si será peor que esto, vino el fuego y ardió todo, no pudimos sacar nada», expresa Samuel, tras perder su casa por el fuego.
El daño se extiende a la forma en la que se ganaban la vida. Dorinda, vecina del pueblo, perdió 15 ovejas por el incendio. Explica, visiblemente emocionada, que «ella y sus hijos tenían la vida solucionada» y ahora, con las tierras quemadas «apenas tienen para darle de comer a los animales que sobrevivieron». «Nos libramos por poco, pero mi hijo se ha quedado sin casa», relata con impotencia.
La vegetación resistente en la aldea coexiste con paisajes abrasados, en los que pastan las escasas hierbas las ovejas restantes. Las piezas metálicas de los coches, completamente inutilizables, se han derretido por las altas temperaturas del fuego haciendo regueros de metal en la calzada.
Sin embargo, la destrucción del fuego no se ha limitado a esta aldea. Los vecinos de las aldeas del entorno de Cualedro evalúan los daños en sus propiedades. Miguel Fernández, asociado de la empresa Coren, ha perdido 19.000 gallinas, después de que el fuego asolase su granja este jueves.
«Estábamos regando sobre las 18.00 horas y de pronto el humo se volvió muy intenso, como el fuego se encontraba a unos 200 metros tuvimos que marcharnos», explica.
A diferencia de él, a tan solo unos kilómetros, en Santa Baia de Montes, los dueños de una granja de vacas celebran la supervivencia de todos los animales tras ser evacuados este jueves por la Guardia Civil. Ahora su preocupación es hacerle frente al invierno, con el monte quemado y las reservas de comida reducidas a cenizas.
El municipio de Cualedro se encuentra este viernes en «momentos críticos». A unas decenas de metros de la localidad un dispositivo de extinción, procedente de diversas partes de Galicia, realiza tareas para que el fuego no sobrepase la carretera. Para ello, ponen en marcha un contrafuego — quemas controladas –.
También, agentes forestales, junto a los medios aéreos, combaten las llamas en los montes de Carzoá. «Estamos intentado amainar este frente que salió ahora de repente, haciendo perímetros, revisando que no nos salten las brasas hacia abajo», detalla uno de los bomberos.