Galicia y Asturias son las comunidades que tienen mayores fugas de agua en sus redes. Mientras, la Región de Murcia, Andalucía y Baleares son las autonomías que mayor estrés hídrico soportan, según el informe ‘Las redes de agua de España e Italia están sedientas de inversión’ que S&P Global Ratings ha publicado este miércoles.
«Abordar este problema requerirá inversiones en infraestructuras que podrían aumentar la deuda y debilitar la solvencia de los gobiernos locales y regionales. Además, no resolver la escasez de agua podría perjudicar el crecimiento económico y reducir las bases impositivas de estos gobiernos», señalan los autores.
El texto aborda el efecto que puede tener la sequía sobre el perfil crediticio y la competitividad económica en algunas regiones de España e Italia con alta dependencia de la agricultura, el turismo o con industrias de uso intensivo del agua. Así, detalla que las regiones del sureste de España y Baleares sufren un alto estrés hídrico, que está agravado por la fuerte demanda de agua en sectores clave como el turismo y la agricultura.
A pesar de ello, Murcia, Andalucía y Baleares presentan bajas pérdidas de agua, lo que según S&P Global Ratings refleja una alta concienciación sobre la escasez hídrica. En este marco, apunta a que las desalinizadoras con las que Murcia y Almería están abordando el estrés hídrico elevan el coste del agua y podrían afectar la competitividad agrícola.
Por el contrario, Galicia, Asturias, Cantabria y el País Vasco, con climas húmedos y abundante agua, muestran niveles más bajos de estrés e intensidad hídricos respecto al Producto Interior Bruto (PIB). Eso sí, con la excepción de País Vasco, presentan altas pérdidas de agua y elevado consumo doméstico, especialmente en Cantabria.
De acuerdo con los autores de la investigación, esta situación sugiere que ciertas regiones han tenido una menor prioridad histórica en cuanto a inversiones para mejorar la eficiencia hídrica, lo que podría volverlas vulnerables si las condiciones empeoran en el futuro.
Por lo demás, también indican que Madrid enfrenta un estrés hídrico moderado, sobre todo por su alta densidad de población. Sin embargo, su economía basada en los servicios y sus bajos costes del agua reducen su vulnerabilidad económica a corto plazo. Además, la comunidad autónoma presenta las menores pérdidas de agua del país, aunque mantener esta eficiencia exigirá inversiones continuas.