El IX Congreso de la CIG, celebrado este sábado en Santiago bajo el lema ‘A Forza da Nosa Clase. Traballo. Dereitos. Soberanía’, ha elegido la nueva Ejecutiva Confederal, la Comisión de Garantías y ha reelegido a Paulo Carril como secretario xeral con 508 votos a favor, 30 en blanco y 3 nulos.
El IX Congreso arrancó a primera hora de este sábado con una bienvenida a cargo del secretario comarcal de la CIG-Compostela, Pepe Maio, la proyección de un audiovisual resumen de la acción sindical de la CIG desde el anterior congreso y con las menciones en memoria a Fernando Solla, Xesús Arrizado y Agustín Malvido, fallecidos en este período entre congresos.
Además, esta cita ha servido como marco para recordar que este año se conmemoran el 75 aniversario del fallecimiento de Castelao y el 50 aniversario del asesinato de Moncho Reboiras, por cuya vida hizo un recorrido el actual Presidente de la ‘Fundación Moncho Reboiras para o estudo e divulgación da realidade social e sindical na Galiza’, Suso Seixo.
Tras una jornada de debate, los congresistas han aprobado el relatorio de Acción Sindical con 427 votos y una abstención, así como el de Organización con 378 votos a favor y una abstención. Se trata de dos documentos que recogerán las líneas de trabajo a seguir durante los próximos cuatro años.
«LA PRIMERA FUERZA SINDICAL EN GALICIA»
El reelegido Paulo Carril ha sido el encargado de clausurar el Congreso que, tal y como ha explicado, «sirvió para poner a punto el ideario de la central sindical, con nuevas líneas de actuación con las que hacer real el lema del Congreso».
Además, ha recordado que la CIG afrontó esta cita como «la primera fuerza sindical en Galicia», con un 31,05% de representación y «un crecimiento afiliativo histórico», superando las 86.000 personas afiliadas.
En su intervención, también ha destacado que estos resultados «demuestran la capacidad de la clase trabajadora gallega para organizarse de forma soberana, sin ser sucursal ni franquicia de ninguna organización con centro de decisión fuera de Galicia».
Respecto al contexto político en Galicia, Carril ha calificado al Gobierno de Rueda como «complemento perfecto de las políticas neoliberales estatales, que ahondan en la dependencia económica y política de Galicia».
De este modo, ha criticado la negativa de la Xunta a impulsar un concierto económico «que permita controlar los recursos gallegos», la privatización de servicios públicos y «la ofensiva colonial que condena Galicia a ser un territorio de sacrificio, suministrador de recursos minerales, energía y agua.
«Vivimos un expolio que destruye tierras, montes y el mar, amenazando sectores productivos clave y generando un daño social y ambiental irreversible», ha alertado mientras citaba movilizaciones contra proyectos como Altri o la mina de Touro-O Pino.
En el ámbito estatal, ha criticado el aumento del gasto militar, «mientras se amenazan los servicios públicos con recortes» y ha afeado «la sumisión del Estado español a los dictados del FMI, del Banco Mundial y de la Unión Europea».
En referencia al contexto global, se ha referido al capitalismo, al cambio climático y «a una ofensiva imperialista liderada por los Estados Unidos, con la complicidad de la Unión Europea». En esta línea, ha aprovechado para denunciar «el genocidio del pueblo palestino por Israel y apoyado por la UE».
MARCO GALEGO DE RELACIÓNS LABORAIS
Con todo, la CIG se ha comprometido a «redoblar esfuerzos» para construir un Marco Galego de Relacións Laborais, «con plenas competencias legislativas», y un modelo gallego de negociación colectiva «que combata la precariedad y la pobreza laboral».
En esta línea, Carril ha defendido la necesidad de políticas públicas «que prioricen las mayorías sociales, poniendo los recursos gallegos al servicio del empleo digno, de la diversificación productiva y del equilibrio territorial, para frenar la emigración y la desertización social».
En el ámbito político, el secretario xeral ha criticado el diálogo social estatal, liderado por CC.OO. y UGT, como «una fosa común que entierra los derechos laborales», y ha calificado la reforma laboral de 2021 como «la institucionalización de la pobreza laboral».
Finalmente, Carril ha hecho un llamamiento a la movilización y ha asegurado que «la CIG es una herramienta de transformación social, comprometida con la emancipación de clase y la soberanía nacional». Con todo, cabe señalar que la Ejecutiva Confederal ha recibido 521 votos a favor, 17 blancos y cuatro nulos; y la candidatura a la Comisión de Garantías para 511 votos a favor, 20 blancos y seis nulos.